El nocturno de las Tres Marías

poema de Emilio Oribe

del libro "La colina del pájaro rojo"

La constelación de Orión y las 3 Marías

 

La noche alta
sonora es. Yo voy hacia el gran río,

en donde el arenal brilla a lo lejos.

Llevo un cayado de oloroso pino

y he puesto en el extremo del cayado

mi lámpara, que arde en lumbre de oro.

 

La llama va oscilando con mi puño

y una aureola extiende,

como la cabeza

trunca de un Santo.

 

Huyen algunos pájaros

agitando las alas en los árboles.
Se oyen cantar insectos.
Un grillo mueve
invisibles palancas de cristal
en los más altos aires,
y su canto, lo mismo que un resorte
hace girar la máquina del cielo
desplazándola, lenta ...

Sobre la perspectiva de Occidente

las Tres Marías,

inclinándose van hacia la tierra

en actitud de flecha

sesgada que desciende...

 

Venga el mozo que coja la áurea flecha

y con arco potente la remonte!

 

La noche, como bóveda

sonora es. Oh, músicas!
Oh, movimiento, y orden y equilibrio.

Sonoridad creadora que circula.
Estoy en ella igual que en un molino

que funciona.
Allí están las gavillas,
allí esperan los granos,
allí la harina de las albas túnicas.
Y esos carros que van por los caminos
ahora, con las mieses
de los campos, ¿no van allí también?

 

Desvío el arenal

y llego al agua.
El cielo se refleja totalmente

en cristales sin límites.
El agua se hace cóncava.
La curvatura sideral se aplica

sobre el agua inmóvil,

como una mano sobre la otra mano

en actitud de orar...

 

Ved qué brusca ansiedad hay en los astros!

Las Tres Marías caen al horizonte,

como doncellas de la mano asidas

que van a buscar muerte

segura en horroroso sacrificio.

 

¡Quiero ver en qué abismos

caerán las doncellas!
Alumbraré las rutas con mi lámpara.
Mirad: se incurvan

con una santísima

resignación

de cargadas espinas.

 

La indiferencia de los astros hiela!
¿Entre ellos no está el héroe que defienda

con su lanza las victimas celestes?

 

¡Si es necesario andar toda la noche

yo lo haré.
Antes que nazca el día,

y la señal se borre de los cauces,

en donde están caídas las tres vírgenes,

mi brazo extenderé para salvarlas.

 

Pero si en libre éxodo del cielo

descienden ellas, solas, a la tierra,

con sus palmas de luz,

con sus velos tan diáfanos,

con sus canciones místicas,

para fundar aquí la religión,

del lejano país en donde moran,

seré el primer devoto de sus ritos

e iré a besar, mojados de rocío,

los pies descalzos de las Tres Marías.

poema de Emilio Oribe

del libro "La colina del pájaro rojo"
Agencia General de Librerías y publicaciones

Montevideo, 1925

 

Ver, además:

            Emilio Oribe en Letras Uruguay

 

Editado por el editor de Letras Uruguay 

email echinope@gmail.com

twitter https://twitter.com/echinope

Twitter: https://twitter.com/echinope

facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce

linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/ 

 

Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay

 

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Emilio Oribe

Ir a página inicio

Ir a índice de autores