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La
cuarentena de Serafina |
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Puño de flor
Sabré del mundo su cofre del alma Antes las puertas del color extraño: Mancha que el tiempo dilata en la calma, Gota violenta del agua del año.
¡Sea esa muerte mi gran puño de flor La corola desangrada y oculta! Ya no sé ningún relapso del primor Ni del por qué la vida lo sepulta.
Jura ser ninfa celestial la fiera Pero es una usurpadora aunque hiera Ni aun será su regazo vacío.
Yo sé y sabré de la lid la justicia Y de todo un mundo dulce caricia En lo finito, el angular rocío.
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Inocencia
Hembra es la vandálica planetaria, Plausibles y asesinas sus ventanas. Me hace falta una ausencia imaginaria Donde albergan las sombras paganas
Tan blancas como mi fuego anhelado El sol a tiempo, perenne inocencia, La quiero cual capullo enmascarado Pues hoy no sé sino mi ardua conciencia.
Yo vengo de una pira bajo tierra Y de la latencia azul de la guerra. Fulgurante laberinto en su fusión;
El saber en partes de nuestro encuentro, ¡Oh, comadre, dime sobre el adentro! Y rescátame del ser de la pasión.
……………
El cadáver
Hurgando la quema de los sueños Siempre a salvo, junto a él de su lado Y el cadáver sin descansos sureños Le llegó la ocasión, flor de mi amado
Que le entrega al cadáver aburrido De tanto, tanto morir lento al caer, Mañana del cadáver me despido Pues a la vida no me pudo traer
Muerte, ruégote algún aura de río Para alejar al cadáver del frío, Río dorado que no lo despierta.
Bendito sea el odio que me invoca Y mi pureza que me vuelve loca: ¡Tanta carne sufrida y alba muerta!
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La hija secreta
Bebiendo de su magia cristalina Vivo danzando en inédito tanto: El lazo del amor y la heroína Entre las sonrisas ante el quebranto.
De mi semilla invisible su emersión Un indicio constante de mi euforia ¿Y un rosal como en rubí la conversión De tu estúpida y vengadora gloria?
La hija secreta de uno mismo será Cuna en el planeta, la niña tendrá Y tú lejos con tus manos extrañas
¡Exiliada, mi lamento lejano! Desafiando tus sentidos ya en vano: Sus hermosos rizos de telarañas.
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La vergüenza de Narciso
Cómo yace en una Luna Depresa Y en una mujer alcanzada al final, De mi sábana de cobre es la presa La muerta con tristeza y su vendaval.
De ella haría mis sandalias de plata Como de mi llanto torpe el camino En y hasta tu sinfín, mujer que mata Para mi lucha del juego divino
Contra la desgracia anido dormida La imagen amarilla enloquecida Brillando con mi entraña de nosotros.
Del romance su enredo no es preciso Por eso la vergüenza de Narciso. Soy del polo gemelar de los otros.
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De algodones maltratados
Nunca temo lo infernal del intruso ¿Por qué es así de inefable lo oscuro? Nunca me enoja tu juguete abstruso Y a raya y cosa me explicas lo puro
Vértigo es la primitiva palabra: Es un simple grito de fascinación Desgañitándome mi mano labra Pintando de mi sombra la imitación.
Con Nadie retozo en los algodones Empero ambos somos los perdigones Y resignados a nuestra costumbre
De sonreírle al trino de los vientos Que nos habla y de hablar nuestro intentos Gritamos hasta el punto de la cumbre.
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El hacedor del ser
El suceder es el hacedor del ser ¡Vaya el encanto de la ciencia exigua! Es el absurdo que define el poder: Consecuencia de mi existencia ambigua
Y la porfía incauta de lo ideal, Tu patético pilar de la verdad Es en sí mismo la sed de lo irreal Departir de la historia de la soledad
Ahora ya conozco tu apología Contra el alineo que yo tenía: Entendimiento, sentimiento y su unión.
Todos saben la teoría original Y sabemos lo infrahumano de lo igual Que la ilegítima ley de la opinión.
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Susurros enojados
Mi pequeña de la santa angustia ¡Inútiles susurros enojados! Y espinada la verónica mustia En su cabeza, sangran los pecados
De los susurros enojados de ti (Pequeña, ve bajo el fragante pasto Que no me gusta verte llorar por mí, Esas no son cosas de un hombre fasto,
Por esto escribo, pues mi musa es tu paz Este verso del recuerdo de tu faz Mi diaria sorpresa: corral de hojas
Otoñales en estos dulces años Y más dulces en tiempos de daños Cicatrizando en las Arenas Rojas).
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Arboleda subordinada
Detenida la arboleda obligada Los pies enterrados en las cenizas Del tiempo de polvo en vida cansada Y un claro rincón vuelto hombro hecho trizas
¿Qué importa el rincón roto y arbolado? Inocuos los árboles mi libertad Romper ataduras: rincón armado, Rincón fraterno, reflejo de amistad
Que me vigila el sueño por andanza Mientras el deseo de marcha o danza De pies enemigos en ningún adiós
Y desde su siembra mi vid prospera Y el sistema del proceso en espera, ¡Brindaremos por el vino de los dos!
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Esa desmelenada
¡Qué desastre la greña que padeces! Como alelíes de la quinta estación Dentro del pozo de tus pequeñeces. Soy testigo de la fugaz tentación
Que tú ya sabes, la tarde de marzo, Aquella de la horrible y perra escena Transfiriéndome los nervios de un cuarzo, Te recuerdo alejandrina y obscena
Tal como tus cifras abominables Palabras de tus custodios amables: Los versos del compensatorio arrullo.
Te llaman despertares en exceso, Regalía del código de acceso Golpeando la sonaja del barullo.
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Abandono
¡Vine tan taciturna e inmaculada! Germen del nadir de un fresno te traje Es que ya no ser dos perlas es nada, Débilmente eslabonadas mi ultraje.
El talismán del oxígeno busco Y renacer bajo el don umbilical, No el desvelo de tu azotazo brusco Por jugar a ser alguna angelical
Dama embalsamada que tirita Límpida y aun soñada que grita Con la esperanza de un minuto de miel
Pero me condenaste al abandono Violáceas las nubes, pálido tono Al lado de mi helada y cremada piel.
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El cuarto de la soga
Tan sólo consideremos la idea De que la soga riñó con el raso Por salvar mi naturaleza rea Con las aguas menores en el vaso
Turbias como los tiempos de la niñez Y como el gozo de mi cuello ileso ¿Serán alegorías de sordidez O leo retratos del cuarto obseso?
Creo que somos aventureros Y del raso los mansos prisioneros Brillante con el cierre del mirador
Astral abertura, impaciente foco: Amante sediento de baba y moco Siendo en vez de amigo nuestro admirador.
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Caballito
Por muy más cruz de roble que sostenga Que por niña criada con botella Quiero que regalarme después venga El emblema que en la frente me sella.
No quiero ver al cuco que va a venir: Torre de gemas negras mi congoja. Quizá ahora quiero tu último souvenir Porque creo querer la caduca hoja
Encastrada en mi trenza que soñada Pareciera cortada por el hada Como sus vías lácteas su codicia.
La cruz de roble me llama perversa, Quiero multiplicarla por su inversa Creciendo del racimo y su delicia.
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Ciclo de la copa lacrimosa
La copa lacrimosa se oye quieta. ¿Cuándo será ese día de tenerme? Polidactilia en sílabas me aprieta El dedo de mi posesión inerme
Pero mi hoz para el globo de una vil hez Se abstiene a no llegar a la brasa infebril Porque fuimos invencibles en la vez De la insolente altanería infantil.
Perpetua será la insabible añoranza Y es la ruda con aroma a esperanza Que en la mesa es mi aliada pitonisa
Emergente en mi botijo de piedra. ¡Ven a dormitar sobre mí, añil hiedra Que una sonetista se oye poetisa!
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Combate
¡Álamo con asunción de gigante Entre los pliegues de poco y de nada No tendrás la dicha de ser errante Entre los pliegues de mi mano estriada!
¿Es alquimia tu forma de retoñar En plástico o para peor espacial O tu inmerecido en arte celular? Vamos a pelear en el bien celestial,
Que de un hilo de tu saliva pende: El combate de quien de mí depende La dulce hora de ya no más ser uno.
Cuando despierte de la ardua noche gris, Será el azúcar que bañará el anís Y habrás quedado al desnudo en neptuno.
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El jarro tardío y el ruido tranquilo
Bien propicio y negado por mi furor El ruido tranquilo de tu artificio, Transformándome en nula para tu honor, Como sorda el efecto de tu oficio
Pues tengo un jarro tardío para ti En el pañuelo de lienzos ligeros El último en la morada para mí: Soy la señora de la casa de Eros
Con tan sólo la guadaña en el ojo Surge el ruido tranquilo de mi antojo Que me mira el misterio en esa pulpa
Afrodisíaca y clavada, y así, Y creo que presta para dar el sí Siento el sosiego, su vidente culpa.
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Entelequias mutiladas
Cavernas donde escurres tu ambrosía, Son simples entelequias mutiladas: Tientos sentenciados a fantasía En escondidas vigilias atadas
Movidas siempre por el salvaje obrar. Ardo en bocas de tubos invasores A veces sola, como siempre alumbrar Poemas sin colores de colores
Como en las mieles, el uso del azar Y en las alas de Estrella quiero cazar Lo que me delata cuando se escapa:
Soy todo gemido en raíz del centro, Juzgo en el espasmo que llevo dentro Y fuera, de los astros en el mapa.
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Gaita fosca
De una corazonada del deseo La clave fija de nuestra mímica No llores más, que en vez de nene feo Costado amorfo de la química,
Te doy mi parte radical cautiva Antes que tu nombre en su blanda huella, Es mi joven bolsa facultativa, Fértil en su colosal pupa bella.
Triste y lavada en sus mares sinuosos La luz y sus vivos rayos acuosos ¡Le digo adiós a mi lágrima de oro!
No llores más, tienes nombre y fragancia Palabra en el tiempo y sin resonancia ¡Es tu nombre sin límite sonoro!
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Sueño seco
Crédula conjunción de pecho y hueco Es umbría, herbosa y empedernida La madre que brinda a dedo seco Plazo de luna y alma malherida
Ahora tendrías tres años y medio, Quiere sopa de médula y corazón Del chupador de Venus hasta el tedio, Y yo quiero recomponer mi razón
Para darle su fin a este soneto Y retomar el pensamiento neto: Pensar en mi meditada jactancia
De llevar al niño a su edad de origen Que de la etérea luz es aborigen Y cortar el sueño con mi lactancia.
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La viña y la tregua
Veo rara la espuma de la caja Como siendo de vidrio castigado Mojado oso de trigo fresco y paja Clara derrota en su barniz borrado
De doncellez de la huesuda niña Sé que nosotros no sabemos sentir… Di la verdad y te daré mi viña La leyenda que embriaga en vez de mentir
En tu aguda voz aunque me taladre Cuéntame sobre el incestuoso padre Siendo arquitectas de nuestra locura
Me da risa teniéndote a la legua Recitando en el camino la tregua Sobre el barro y su abatida estructura.
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Ángel de la lila
Durante nuestro soplo de placidez Los cuerpos que ejercen su revolución: Son como vestidos con su rispidez Y pestañas en su plena floración
Conjuntas: elevación de túmulos Con la suerte de cajones macizos Estos son mis saberes en cúmulos De nocturnos cantares enfermizos:
Burbuja sonora mi tentativa De recrear una noche pasiva Llevándome desmayada y tranquila
A la alfombra de refugios menguantes Rodeada de los astros debutantes Que me darán las partes de tu lila.
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Tutor centauro
Cada tanto solía sustraerle Manjar en fuente de sangría y su alcohol Pensar que mañana puede caerle Mi palabra en bordado de caracol.
A prueba de muerte será el mensaje Que por tu desnudez puedo inmolarte Y aunque Dios no quiera te irás de viaje Donde un cruel tutor pueda empalarte
Muñeca borracha, serás un seno, Cáliz de vino y placebo sereno: Poco a poco eternizar tu agonía
No puedes decir qué tal tu centauro Y aprenderás que es sólo mío el lauro Del destino y tu brutal ironía.
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Corte y extracción
¡Dioses, cuántos pezones he de segar Entre algún tercer ojo y la tijera En él celebro y no lo puedo negar: El ático del cielo y su escalera!
Con lacticinio en la copa de cristal A base de púrpura dominante Y la perfecta descripción orbital: Simpatía para el sol delirante.
¡Deseo el momento al que nunca llego! Empero la hora me dura hasta luego: Niño que con su sien mi pecho toque.
La sombra del paraíso arrancado Pareciera este alto ático cerrado, Pudiendo crear ojo sin su enfoque.
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Arco iris
El antiguo programa secuestrante Hace distancia de mi paso vago Entre yo y mis visiones de diamante Pero no han regresado a ningún lago
Esos desiertos rodeados de tierra Y mis indecisos pasos de vida Sana y agusanada que me encierra En mi celda espeluznante y habida.
Le presento a mi amiga la pared Ya que de hecho me conoce más que usted Doña Señorona de nuestra salva
Está en el color blanco descompuesto Y la adormidera en mi manual tiesto: La dopamina de nocturno en calva.
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Pompas de cetrería
Frágil vuelo en pompas de cetrería Transparente y, sin rapiña de ovarios La proliferación de porquería Que me arrancaba los frutos mamarios.
Neblíes temerosos del viento en tul Hálito sencillo de suave cinta Primavera enmarañada en el azul La felicidad de encontrarme encinta
Sucede que son tantas esas veces En que la solitaria silla meces. Neblíes con cigüeñas, mariposas
Hermanas, retorcidas y suicidas Son hijas de ideaciones matricidas En madres con sus homicidas fosas.
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Cáncer de muela
Fulmínea fortaleza que situada En su primera voz de una mañana Imagino su palabra insinuada Por crear su mamada más temprana
Este amor es como el cáncer de muela Todo un sueño salido de una planta Cuánto me carcome por más que duela Este vacío que su dolor canta
Dolor punzante al oído su timbre Haciendo crujir en la noche el mimbre Del hueco donde duermen las lavandas
Liláceas: toque de pasión y cielo Espera con amor y con vitelo De tu hermoso regreso por donde andas.
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Esclava demorada
No calmes nunca tus piernas convulsas Que la llave del perdón no la cedo, Mira cómo a darte el golpe me impulsas De este campo apasionante y tu miedo
Una especie de esclava demorada Eso eres, tu perdición, y tu clamor Por algo de conmoción encantada Y un segundo de rojo vivo y su ardor
Apagado por un cántaro en ente De pétalo caído en mí presente: Esa tristeza en su máxima expresión
En manos de la firma fundadora Que sólo existe en mi boca dadora Del aire y la submarina inundación.
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Historia de un inmortal
Cerca, la feromona mensajera, Atroz perfume del piso que vibra, Presa de parafilia pasajera Y del objeto que jamás me libra,
Adrelanina: misterio bandido, El amado del secreto travieso Es el piso agrietado y escondido ¡Siente que un astro de luz atravieso!
Mitad de la simiente en su vehículo Espera el óvulo en el ventrículo Que en esta hipertrofia quiere nutrirse
El producto del factor de rigidez La cama redonda de mi madurez ¡Viva la preñez, no puede morirse!
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Umbela
Con mis cabellos mi cuerpo levanta A sacudidas hasta la decalvación, Y la duplicación de mi garganta, Una alta decana de mi salvación
¡Cuan augusta es mi risa ante su muerte Qué gozosa de inmunidad perfecta! Como una umbela inundada de suerte De ver el pellejo que no me infecta,
La rudeza de la melancolía Apariencia de nada mi alegría, Sin manipular mi conocimiento
Y a paso agigantado lo que describo Es el amor que por máximo escribo Expresado en pena y su alejamiento.
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Silencios de París
Soy tan prolífica y mi enjambre enramo De infancias en mis ojos y entripadas, Son silencios de París en su ramo Y en mis sueños enluto sus patadas
Futuras e interrumpidas en la aurora: Canasta sin gloria hasta en el infierno De blancos escarpines para mi hora, Segundos aleatorios sin gobierno.
Y en mi sangre la líquida amatista Labio y mejilla de la negra lista Con mano hacedora de alotropía
Ha de correr en su pura belleza Para sanar mi dolor de cabeza En donde al fin culmina la utopía.
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Acacia
Empapada por el sudor opioide, Princesa permeable a la sed que sacia De ser toda una obligada antropoide, Hija de María: la niña Acacia
Y en sus ojos, el láudano engañado Mañana será su cosquilla verde Y la claridad, un todo empañado Cual juramento de lo que no muerde:
Cosa que se sucede y se padece, Tibia fiebre de Octubre que carece En vez de sus pies, espada de marfil
Para cortar los columpios siniestros Que son figurillas de sueños nuestros Desde hoy en la barca de mi olvido hostil. ……………
Él
Sonidos opacos de caramelo Enlace sin miedo ha de presagiar Jugar a la escondida con mi velo. Coserme un rostro me puede contagiar
El deleite de su sonrisa mía Es decir, para mis ojos que hieren Por mis extraños ataques que hacía Pero ahora mi culpa y mi almohada quieren
El privilegio de sus canciones hoy Pero él no está y las manzanas no le doy ¿Qué más da? Vendré en toda primavera
Bendito equinoccio de la cosecha De las flores del limonero ya hecha Con aroma de Diosa limosnera.
……………
El exterminio y el último hombre
Bien grávido de piel su ombligo, Viendo evidente plétora carmesí Y a lamer de lo prohibido la obligo: Veneno en la conciencia del frenesí.
Con su integridad en la licuadora Juego a la maga de los frutos rojos A sangre helada y pacificadora Porque ciegos son sus revueltos ojos.
Ahora he filtrado el último lazo Y el triángulo de la vida trazo En el medio pectoral que proyecto:
Lugar para la introducción del puñal Y al morador solitario y pasional Mi verso sin anestesia le inyecto.
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Aventura boba
Tras la luna va corriendo la loba, Mira tus pies flojos, duende cacharra, Donde a la luz de mi aventura boba Esta peineta tu nariz agarra
Porque es mía la puerta de doble umbral Y en una salida voy a quedarme: El nido del bicho y mi soporte oral. Loco y feo, sin alas ven a darme
Flora del hielo que tu madre quiere Trae a mis ojos lo que no le hiere Llorando y luchando en cuatro muñones
Color índigo y la pluma en la vena Consuelo de ser primera y ajena Siendo uno de nuestros tantos bufones.
……………
Soneto completo
Anhelo darte la luna estrellada Porque no puedo quererte muriendo Y desearé mi sangría agraciada: La aventurada visita va yendo
Por donde nunca hemos ido en el vuelo De tu querencia en la madre venusta Pues tengo amor muy abierto del suelo, La suficiencia de ser quien asusta.
No me detengo por ver gato negro, Suerte que en frío y no a diario me legro, Enfermedad que yo y él damos juntos
Al cielo enfermo de furia alcanzado, Color feliz al tocar con mis manos La triste esfera y ficticios sus puntos.
……………
Graves palomas
Quiero sonar como un fiel a sus alas Y sueño en zancos, con manos amigas Pero no sueno en silencios de balas Como campanas que llaman hormigas
Que escaparán de zapatos gigantes Y volarán, son las graves palomas Atropellando planetas amantes De sus cartones y libres aromas
Debo poderle al camino y al viento Para volar y sonar porque siento Sin sentir algo que me haga de espuma
La libertad de creer en alto grado Lo que será de mi espacio encofrado: ¡Todas las alas y el aire en suma!
……………
Tontuela
Quisiera estar en la piel de cualquiera Y regalar un gorjeo al susurro De la inclemencia del gris en quimera Del dulce abrazo de algún nuevo burro.
No jugaré a ser feliz sino al juego, ¡Gran travesura reñir con el sueño! Cierro los ojos, ventanas del fuego Sobre la almohada alegórica el leño.
No hay ignorancia tan bella y profunda Como en la simple y amable y facunda Voz en los pasos de urania rayuela
Serán azules y negros misterios Apasionantes los rostros tan serios ¡No me da pupa, seré una tontuela!
……………
Taxidermia
Cuerpo sin alma serás en la vida Vítrea mirada en tu noble carcasa Y última rosa que al alma divida Átomos, cortes que amé el tallo traza
Plenas las piedras: mis ojos que riegan Última rosa que al alma sublima, Sueños rosados que cuerpos hoy pliegan, Qué dulces greñas abrigan encima
Nueva y sin vida podrás ser cantada: Oda al delirio de luz encantada La taxidermia que un sello pondría
Cual beso amante, el amor silencioso Donde acurruca al fetal cuerpo acuoso ¡Tan blandamente será lo que había!
……………
Himno a la vida
Renacerás en la tibia y primera Luna soleada del estío frío Y bajarás de la clara y entera Noche esperada en la luz que hoy ansío
No habrá visita más larga y eterna Que este suspenso se te hace los días En vida y muerte, propiedad alterna Son los inciertos declives que harías
Como volviendo a la vida me miras Sin cerrar párpados, sin sonar liras En este paso tan fuerte y soñado
Hacia el amor para siempre nuestro Infinidad de vigilia te muestro ¡Himno a la vida te canto a tu lado!
……………
Blasfemia
A jugar al charco en seda invitada Con la incandescencia emancipadora Llama de blasfemia siempre callada Silencio en la trampa triste y sonora
¡Vuelve a todo oído, viva palabra Ven a señalar al maldito nombre! Y luego juguemos en cuanto se abra Este ventanal del mundo del hombre.
Nada es para mí la injuria que calla Pues el nada más es mucho que falla En ser princesita ultrajada de ayer.
Ya no queda tanta oquedad y clara En estos espacios donde ahora se ara Como habiendo tanta cosa por doquier. |
La cuarentena de Serafina
poemario de Minerva Olmos
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