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Criterios a "la uruguaya"
Elizabeth Oliver 

En éste, mi querido país, resulta curiosa por no decir tragicómica―, la heterogeneidad de los criterios que cada cual tiene de cada cosa. Somos diferentes, únicos. Somos algo así como una estirpe de opinólogos autodiplomados donde cada uno actúa de forma distinta frente al mismo hecho, sin más regla que su propio discernimiento.

 

En lo particular, nuestra forma de ser resulta entretenida para el prójimo, y hasta divertida. Cuando un tema está en debate, no hay lugar para el aburrimiento: la creatividad de nuestras ideas puede llegar a lo novelesco...  

En lo general, la aplicación de esta naturaleza cambia las cosas. Si bien mantiene la originalidad, lo que pierde totalmente... es la gracia. Y no voy a hablar de las innumerables leyes que son sólo teoría y en la práctica no se cumplen. No, no... eso ocurre en todos lados y no es exclusividad nuestra. Voy a hablar de algo concreto, bien yorugua. Aquí tenemos leyes que se convierten en puramente teóricas... ¡porque cada organismo involucrado las interpreta como quiere!

 

Los gobiernos departamentales, por ejemplo, son una muestra clara de criterios discordantes, sobre todo si se trata de Montevideo contra los otros dieciocho. La comuna capitalina da la nota, perfilándose como favorita insuperable en esto de los criterios "a la uruguaya".

 

No hace mucho, amparada en la Ley 13.102 referente a automóviles para lisiados, pude rematricular mi auto, que desde hace dos años luce la "matrícula naranja". Esto ofrece beneficios, uno de los cuales es la exención de patente de rodados, que no es poca cosa. Sin embargo, los que tenemos una discapacidad motriz apreciamos mucho más la ventaja de poder estacionar en la puerta del lugar al que vayamos y el hecho de pagar o no pagar nos resulta secundario.

 

La matrícula naranja es nacional para identificar un vehículo de lisiado en cualquier lugar del país y evitarle multas cuando aparca en zonas no permitidas. Esto está instrumentado en la Ordenanza General de Tránsito de la Intendencia Municipal de Montevideo  cuya versión vigente se puede descargar de su página WEB, y en base a esas normas se rigen las comunas de todos los Departamentos.

 

Al respecto, el Art. D 587.4 expresa: "Todos los vehículos cuyo distintivo demuestra que pertenece a un discapacitado podrán estacionar gratuitamente en la zona Azul y/o lugares céntricos siempre que no perturben las normas de circulación de tránsito".

 

En el interior, con criterio unánime, el estacionamiento está permitido siempre que no sea en medio de una bocacalle, obstaculizando una entrada de garaje o en doble fila. Y en Montevideo solía ser igual, aunque últimamente hay cambios que generan dudas.

 

Se fijaron nuevas zonas de exclusión habilitadas sólo para buses, que han sido noticia en los informativos centrales de TV, justamente por quejas de choferes multados por detener vehículos para el descenso y ascenso de personas en escuelas especiales. Esos conductores no tienen matrícula naranja  obviamente están sanos, pero se dedican a transportar discapacitados.

 

Al ver la extensa y detallada nota de exteriores en la que hablaron varios damnificados, pensé en el texto del Art. D 587.7: "Asimismo podrán estacionar en las zonas indicadas en el Artículo D. 587.4 los vehículos de Instituciones de discapacitados identificados con el nombre de cada institución en su parte exterior".

 

Vivo muy cerca de la capital, la transito mucho, y necesito estar bien informada para evitar dificultades. Hice un mail a Tránsito de la IMM infotransito@pb.imm.gub.uy pidiendo la información que necesitaba; pasaron veinte días y no obtuve respuesta. Hice otro a la Comisión Nacional Honoraria del Discapacitado del Ministerio de Desarrollo Social cnhd@adinet.com.uy y allí sí me respondieron inmediatamente: "Más allá de que hemos derivado su consulta a nuestro Asesor Jurídico, sería conveniente que se comunicara con la Secretaría de Gestión Social para la Discapacidad de la IMM" y me aportaron su teléfono.

 

Por supuesto, llamé. Como no habían sido informados al respecto, me transfirieron la llamada a Tránsito, donde me expresaron que no sólo no podemos estacionar en las nuevas zonas "sólo para buses", sino que tampoco en ningún lugar donde existan carteles de "prohibido estacionar". Como caso excepcional se puede detener un coche con matrícula para lisiado para su descenso (conducido por otra persona), y retirar el vehículo inmediatamente. "No vaya a dejar al auto solo porque se lo podemos guinchar", me explicó el funcionario.

 

Ante esa respuesta, cité mi caso particular, que es el de innumerables discapacitados motrices que no usan silla de ruedas sino bastones o muletas. La respuesta me dejó perpleja: "Pueden estacionar en todas las zonas 'azules' sin pagar ticket". (Cabe acotar que no hay zonas azules en las avenidas; en el Centro están en las transversales a Dieciocho de Julio y donde hay dos calles seguidas flechadas en el mismo sentido, hay que alejarse tres cuadras del lugar a donde uno va).

 

El funcionario de Tránsito debe haber notado cierta desesperanza en mi voz, porque agregó: "Bueno, si tiene mucha dificultad para caminar, los inspectores se van a dar cuenta y la van a dejar estacionar"... Le agradecí y corté. ¿Cómo va a saber un inspector cómo camino si no hay ninguno cuando estoy estacionando? Y el que aparezca después, va a encontrar el auto solo y sería de aplicación lo que me dijo antes. Son dos afirmaciones opuestas del mismo funcionario municipal.

 

A todo esto, recibí por mail la respuesta de un Asesor Jurídico del CNHD: "Respecto a la consulta se informa: Actualmente la normativa existente no hace mención a los autos de discapacitados, por lo tanto en mi opinión no están incluidos, es decir, podrían estacionar en esas zonas no autorizadas para los demás autos". Es el concepto de un abogado, Asesor Jurídico en la materia.

 

Volvemos a los criterios "a la uruguaya" donde cada entidad involucrada interpreta las normas según su propia visión. Es evidente que no puedo elegir la opinión que más me favorezca, porque quien aplica las abultadas multas y llama el guinche es la IMM, la misma que reconoce únicamente como discapacitado motriz a aquél que se desplaza en silla y de los demás supone que tenemos incapacidad económica, restándole importancia a lo físico, como si no existiera.

 

Las personas que están en mi condición, no tienen posibilidad de ir a la Biblioteca Nacional, por ejemplo, ni a un Banco u oficina pública de la capital, aunque no haya ninguna norma escrita que así lo exprese específicamente, porque cada uno va a determinar a su manera cómo se perturban las normas de circulación de tránsito.

 

A la IMM no le importa que la Ordenanza General de Tránsito la hayan redactado ellos  para no cumplirla, cuando los otros dieciocho Departamentos la interpretan y aplican como indica su texto.

 

¿Y qué hacemos nosotros para movilizarnos por la ciudad?, ¿contratar un chofer y comprarnos una silla de ruedas?, ¿deshacernos del auto y viajar en taxi?

 

Lamentablemente el valor de la patente anual que no pago, más el de los tickets de estacionamiento azul que también me quieren regalar, no cubre ni la centésima parte de lo que me costarían las otras opciones.

 

O tal vez deba pensar en ampararme al artículo 25 de la Ley de Protección Integral a Personas con Discapacidad, de 9/3/2010: "Facúltase al Poder Ejecutivo a crear el Programa de Asistentes Personales para Personas con Discapacidades Severas, requiriendo para su instrumentación la intervención del Banco de Previsión Social". Al fin y al cabo soy uruguaya y tengo derecho a interpretar la palabra "severas" con el criterio que se me cante, ¿no?

 

Y ahora, dejando de lado alternativas utópicas y pensamientos irónicos, les diré lo que realmente hago cuando tengo que moverme en las zonas "prohibidas para discapacitados" de la capital:

 

Busco un parking particular donde dejar el coche, llamo un taxi con mi teléfono celular para que me lleve a destino  así quede a sólo dos cuadras de distancia, y como no puede esperarme en la puerta, lo despido. Hago la diligencia que sea, pido otro taxi para volver al parking, me subo al auto y regreso a casa.

 

Saliendo más por necesidad que por gusto, ¿cuánto gasto por año en esas inevitables vueltas? Más o menos lo mismo que me costaría la patente de rodados. Claro que si tomara el taxi en la puerta de mi casa como si no tuviera auto, me saldría muchísimo más caro... ¡estoy a 17 Km. del punto cero de la ciudad! ¿Se están preguntando para qué me sirve la matrícula naranja? ¡Yo también!

 

Y no vayan a pensar que la IMM me impone este castigo como represalia porque no puede cobrarme la patente... porque mi empadronamiento corresponde a Canelones, mi jurisdicción.

 

Muchas horas, días, meses y años de deliberaciones en el Parlamento para aprobar leyes que nos amparen... para que la Intendencia de Montevideo se muera de risa de cada una de ellas, de cómo las instrumenta en su propia Ordenanza de Tránsito... y hasta de cómo las explicaciones que da su vocero por TV se dan de patadas con lo que hacen los inspectores en la calle.

 

¿Es o no el organismo que tiene el Master en cuanto a los criterios "a la uruguaya"?

Elizabeth Oliver de Abalos
eliza@montevideo.com.uy

laquincena@montevideo.com.uy

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