Llamale H |
Ligeros como son siempre los chismes y chico como era el pueblo en aquellos entonces, en poquitos días nomás se desparramó entre todos uno que era de aquellos grandes; de los que ponían a los sordos fastidiosos y preguntadores hasta, por fin, quedar sabiendo todito: Abelardo Moreira, El macanudo, se venía para el pueblo... ¡y de hotelero! |
-¡Macanudo! -era la respuesta de Moreira cuando alguien le preguntaba cómo le iba la cosa. Macanudo se le pegó para siempre y macanudo le empezó a ir con el hotel. |
-Ah... con razón -dijo El religo, con una sonrisita asquerosa de picardía. |
Obaldía, José María.
Como pata de olla
Ediciones de la Banda Oriental
Montevideo - 1998
Publicado originalmente en Brecha, 3/6/88
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