Reseña de la novela “Tiempo de mentiras” de Gladys Parodi |
“Las mentiras tienen patas cortas”…¿pero de cuántas patas hablamos? Porque a veces llegan lejos… |
Gladys
Parodi (uruguaya) nos presenta con esta novela una cautivante historia de
apasionante trama, la que lleva a reflexionar sobre la lábil frontera
entre ficción y realidad, o ni tan frontera, de si una y otra no son tan
sólo un matiz entre ellas mismas. La
trama comienza a desplegarse en torno a un acontecimiento fortuito
visualizado y vivenciado por la personaje principal y narradora de la
historia (Magdalena) en un cementerio, en un inusual entierro. Este hecho
la convoca sobremanera y la conduce a cuestionamientos y reflexiones
encrucijadas. A partir de allí comienza un itinerario investigativo
partiendo de una mentira originaria, la que se va abriendo en abanico y
profundizando espiraladamente, envolviéndola en un devenir por momentos
insondable, llegando a vivir plegada y absorbida por una cotidianeidad
que, en un plano lógico, no le es propia, pero en un
plano inconsciente, tal vez, tenga mucho que ver con su propia
subjetividad. Su
investigación (amparada y “epistemológicamente” basada en la
mentira) la lleva a vincularse de manera certera con diferentes personas
del entorno, de quién, ella busca información, y a su vez ella misma,
surrealístamente, termina constituyendo un importante vínculo personal,
con quién ya no está, como si otrora hubiese existido, de manera fáctica,
dicho vínculo. Estos
vínculos, quienes son parte de la vida de otra persona, ubican al
personaje principal -paradójicamente- en una referencia tácita sobre quién,
este personaje (Magdalena) investiga, erigiéndose ella en una fuente válida
de información para alguno de los personajes. Como
en casi toda novela tiene lugar el amor, pero no el límpido y llano,
artificial o vulgar, sino aquél, asociado a la muerte, a la mentira, a la
tristeza y a la soledad. Más, si como en este caso se usurpa por parte
del personaje, lo que no le es propio, aunque por el sinuoso devenir, tal
vez, acabe siéndolo, y porque no, mereciéndolo. Como
decimos en el título a esta reseña, Magdalena llega bastante lejos con
sus mentiras, aunque es descubierta intempestivamente. Nadie sospecha de
ella, ni en lo más mínimo, sólo un hecho “accidental” la deja al
descubierto. La
novela revela que en ese itinerario de engaños, se logra por parte del
personaje, quitar el velo a otra realidad oculta e impune, relacionada con
aquél hecho primario del cementerio, develándose así, mentiras
mediante, otra verdad. La
autora demuestra cabalmente un profundo conocimiento psicológico de los
personajes, abordando con seguridad las distintas interacciones que entre
ellos se generan y, sobre todo, narrando el proceso introspectivo, dialéctico
entre culpa y pasión, que Magdalena realiza. |
Por Hamid Nazabay
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