El mismo día |
El murmullo de las hojas de los plátanos como música desprendida por el viento me trae recuerdos de cuando juntos caminábamos el tiempo.
Chorreando el sol entre las ramas atestadas de primavera recuerdo cuando nuestro amor brotaba sin darnos cuenta siquiera.
Rememoro cada momento como si allí estuviera. Vuelvo a sentir olores y sensaciones, los colores me recuerdan sonidos y las músicas despiertan y vuelves en el tiempo y te veo a mi lado... tus ojos otra vez enamorados!
Y al oir mis pasos en esa polvorienta vereda y al sentir la brisa tibia rozándome las piernas, vuelve de mi memoria aquella tarde, se me acerca y al oído me cuenta:
Uno junto al otro por una vieja vereda, tus ojos prendidos a mis pupilas sin poder tocarnos, frente a un portal sin reja nos detuvimos, sonó el timbre, se abrió la puerta, se mostró el zagüán, se desplegó la alta escalera delante que nos llevó a tu pasado.
Sin ningún esfuerzo vi a la izquierda enclavado el enorme mural con tu firma al pié y la fecha que "voló" mi corazón e hizo renacer mi fe. Tu habitación, el patio, la claraboya, tu juventud en aquellas baldosas tus sueños en aquellos muros y en mi pecho "saltando" la emoción.
Casi lágrimas en nuestros ojos que se hablaban en gigante y profundo silencio secreto silencio prohibido, secreto silencio compartido. La casa antigüa nos miraba, callado el aire nos envolvía y asombrado, el joven que esperaba ya no existía.
Juro que sentí tu corazón latir volví a aquellos años, imaginé momentos pasados supe que había estado entonces allí sin saberlo contigo y tu conmigo en aquella otra vieja casa en donde yo vivía en mi adolescencia mientras pintaba mi mural aquel mismo día. |
Adriana Musetti Dávila
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