En l972, dirigí en C W 45 el programa musical: "Encuentro". Dicho programa me fue suspendido desde que se me hizo el primero de los tres allanamientos.
No es poca mi suerte de no sentir odio por lo sucedido, pero sí siento la obligación como ser humano y como escritor, de tener ese tiempo presente hasta en sus más mínimos detalles, y obviamente el deseo, que sé común, de que no se repitan aquellas actitudes de barbarie.
Otra actividad que tuve en Treinta y Tres fue la de integrar la Comisión de Fomento de la Escuela Severo Ramirez, en la que mis seis hijos hicieron todo el ciclo escolar. La directora que era Miriam Daghero de Alvarez, fue sacada arbitrariamente de la dirección por razones políticas, y se la puso como maestra de cuarto año. Desde ese día dejé de participar en la comisión, sabiendo que con ello no solucionaba nada, pero sin querer acompañar de ninguna forma lo que era un atropello.
En enero de l977, un telegrama frío me anunciaba que era "declarado cesante, por razones de mejor servicio". Había comenzado a trabajar en la empresa ONDA el 7 de mayo de l955, y desarrollé esa actividad en Montevideo por un período de catorce años, y de ocho, en Treinta y Tres.
Desde fines de 1979 a diciembre de 1981, trabaje para el Molino Cassarone de José Pedro Varela, vendiendo arroz en Treinta y Tres, Minas y Melo, gracias a la amistad que tuve con Alfredo Lamaison que fue gerente de esa empresa y que residía en el pago.
Felizmente, otros recuerdos funcionan como forma de equilibrio y que son felices, como el nacimiento de hijos y de nietos, como el encuentro con amigos y la participación activamente en la vida cultural.
De esa zona quiero destacar la publicación del libro que titulé "Treinta y Tres en quince nombres" en la que recojo la palabra de personas destacadas, todas ellas trascendiendo el medio y elevándose al plano nacional e incluso algunas, al internacional. Dicho libro apareció el el año l992 y los seleccionados por su orden
son: Ruben Lena, Homero Macedo, Tomás Cacheiro, Wifredo Díaz Valdéz, José María Mujica, Juan Antonio De Andrés, Luis Víctor Anastasía, Camilo Urueña González, Julio C. Da Rosa, Luis Hierro Gambardella, Braulio López, José María Obaldía, Ruben Darío Mesone, Julio Correa y José Luis Guerra.
Por mi canción "En tu imagen", que es de las más populares, muchas veces se me ha preguntado si soy rochense. Me sorprende la pregunta ya que hablándole al Departamento y a la Ciudad de Rocha, digo: "Hoy quiero tu cielo revivir/ bajo el mío, junto al Olimar". Del mismo modo hago referencia a mi lugar de origen, en las canciones que he dedicado a las ciudades de Melo, Minas y Maldonado, y que integran el disco "Calles".
En l983 publiqué el poema "A mi río" (el primero dedicado al Olimar), en el catálogo de la pintora Hilda López correspondiente a la exposición "Nuestra Gente", que editó la O.I.T. (Organización Internacional del Trabajo). Dicho catálogo llegó a más de doscientos países.
En l997 en calidad de separata "La Semana" de Treinta y Tres publicó los textos de mi trabajo "Cantata Treintaitresina" que se compone de diez canciones y dos romances.
En el año 1999, "De Aquí" y "De Allá" y "Panorama de la Aguada", mensuarios dirigidos por Darwin Iguiní, publicaron conjuntamente en calidad de separata: "Versos en cuatro estaciones"; quinientos versos que son consejos dedicados a Tomás Gabriel, Leonardo Javier, Trilce, Laura, Leonel Gustavo y Ernesto Fabián, mis hijos; y a Sofía, Lucas, Rafaela y Cecilia, mis nietos.
Yo mismo, he grabado las canciones de mi autoría relacionadas con el pago: "En el monte", y, "Monte olimareño", y el poema "Desde las calles anchas", que antecede a "Calles Anchas", registrado por Los Zucará, dúo que también grabó mis versos titulados "A Treinta y Tres", cuya música pertenece a Santiago Chalar que los registró para el sello Sondor.
He colaborado con otras publicaciones del pago, como son "Panorama", "Hipérbaton", "Espacios", "Cimarrón",
El Mangangá Amarillo, la revista de "La semana del arroz".
"La Semana" y De Aquí y De Allá de Treinta y Tres, adelanté
un fragmento del ensayo aún inédito que he titulado: "Serafín J.
García, poeta social". Este trabajo incluye cuatro entrevistas
testimoniales que son las realizadas a los treintaitresinos Blanca González
(esposa de Serafín), y a los doctores Bolívar Ledesma y Francisco Mariño
Marichal. La restante es a José Pampín Golard, imprentero que fue el que
más ediciones hizo de las obras de Serafín",
En l993 Editorial Signos en las páginas 28 y 29 del libro "De la gente los pagos y los días", me publicó una carta en la que destaco artistas de nuestro departamento, escrita con el único propósito de difundir sus valores; carta que fue denominada de "verdadero catálogo artístico".
Ya en el año l965, en el Instituto de Magisterio aún sin oficializar, a instancias de Julio Macedo -que fue su fundador y director- realicé la lectura de mi libro "Piel y Ceniza", recién publicado.
En 1994 publiqué una breve página en prosa que titulé: "Carta íntima y abierta a Ruben Lena", en el libro de canciones que le editó el Ministerio de Educación y Cultura.
En el año en curso republiqué en "De Aquí y De Allá", y en "El Diario", de Montevideo, el texto del catálogo correspondiente a la exposición individual que en l987 realizó Tomás Cacheiro en Galería Latina, junto a cuatro sonetos acrósticos con los que he querido homenajearlo.
He Actuado cantando, en el "Teatro de Verano"; en el "Estadio Centro Empleados de Comercio"; dos veces en el "Festival a orillas del Olimar", y, en el Hotel Treinta y Tres, en la "Semana de la Salud", a instancias del Dr. Alejandro Silveira, que era entonces el Director del Hospital de Treinta y Tres. En el Centro Comunal de COVIOL en la década del 80, donde tuve otra intervención en el 2002 con Juan Baladán Gadea.
En l986 intervine en el "Primer encuentro de escritores treintaitresinos", que se llevó a cabo en el Liceo Departamental; y en l987, con los profesores Daniel Castro y Jorge Miguel, presenté en el salón de actos de dicho liceo, mi libro: "Poemas del testigo".
En CX 40, Radio Fénix de Montevideo, en el espacio de Numa Moraes "La canción nuestra", realicé dos programas de dos horas cada uno, dedicado exclusivamente a Treinta y Tres a través de momentos históricos, personajes y canciones.
En la actualidad viajo regularmente por razones familiares. También para recuperar los paisajes, y encontrarme en el Club Pelotaris con una "barra" de amigos que lamentablemente se ha reducido, porque es ley superior que la vida se termine. Obviamente, también para hablar de literatura con gente especializada, como Nilo Berriel, y sobre todo con Gustavo Espinosa, que por naturaleza no tiene otra alternativa que la de ser brillante, sin dejar de ser humilde.
Es motivo para muchas horas hablar de la relación que he tenido con el pago, pero a rápidos pincelazos, esto es lo que he considerado más importante. ¿Qué se puede decir que no se parezca a afecto, del lugar en el que se ha visto la luz; donde se ha querido, donde se ha trabajado, reído, sufrido, soñado; donde se ha sido hijo y padre, compañero, hermano, amigo, donde se ha dado y recibido; donde han nacido, abuelos, padre, madre, hermanos, hijos y nietos, ríos y primos, y donde en el cementerio hay incluso bisabuelos sepultados, en una prueba de arraigo, de raíz que ha fructificado en la flor de cinco generaciones posteriores?
Treinta y Tres es una presencia obligada aunque sin obligación, algo así como un mandato sin mandante, y en cualquier momento a mí, personalmente, me puede asaltar bien o mal, del mismo modo que sucede la vida con sus grises, con sus claroscuros en constante equilibrio, y seguramente que con más cercanía humana que separación por circunstancias de distinto carácter. Puedo cerrar o no los ojos, y recordar -por transmisión o memoria propia emparentando lugares, cosas y seres sin orden ni esfuerzo- los periódicos "El Baluarte" y "La Campaña"; la fama que ganó Martín Aquino por hacerse respetar, y la actitud corajuda de Prudencio Correa; el Bar de Amil o el de Agüero; la vieja Casa Ramos y la Casa Dellepiane, y en ellas a Mario Muniz, y, a "Cocó" Hernández; la "Librería Claridad" con el bondadoso Maestro Adhemar Gómez y la presencia del doctor Raúl Gadea, -para nosotros sus amigos "Garufa" Gadea, abogado de los pobres y formador de muchachos en la docencia-; José María Freire, que era cura y más que cura; Osvaldo Rodríguez, ("Roncallo") y Patricio Guzmán, sosteniendo la noche sobre algún tapete; el violín del Maestro Rosel, el piano de Carlos Hontou Aguiar, la guitarra de don Laurindo Amaral; el Teatro Experimental y allí la presencia de Carlos Gallardo y el recuerdo del acto generoso de Irene Lazo impidiendo que se lo rematara; las cámaras de Artigas Avila y de Hilario Favero en Foto De Grandi; las fachadas de la Intendencia y del Centro de Salud; del Democrático y del Centro Progreso; la Plaza de deportes, "la Escuela de Pintos"; la Laguna de Arnaud o de "las lavanderas"; el Hospital Departamental; la hoy silenciosa Estación de A.F.E. y el infaltable ómnibus de Cortiglia; el
canto de "Pepe" y Braulio, de Ruben Díaz Castillo, Alfredo Martirena, Oscarito Del Valle, Hugo Techera, Wilson Prieto, Aníbal López;
"Los Hidalgos","Los Hacheros" "Los del
Yerbal", "Los Taiperos, el piano de Cachuzo Olivera, y desde
lejos y sin registro fonográfico, "Los arrieros de la canción",
"Los Urúes" y el "Trío Alborada".
"cuando dos coterráneos se ven lejos del pago natal dejan de ser conocidos para ser amigos; y cuando se encuentran lejos del país, dejan de ser amigos, para ser hermanos".
Muchas gracias.
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