El fútbol |
Era sin duda una de las actividades mas importantes de la vida de la cárcel, y lo era por varias razones.
Permitía ocupar horas en la practica de un deporte, en un medio donde la elección de actividades no dependía de los presos.
Pertenecer a determinados equipos era escalar en los estratos ocultos de la sociedad carcelaria.
Pero el fútbol era una actividad permanente, los partidos se sucedían toda la mañana y toda la tarde, y nadie dude que se apostaban sumas importantes a mano de los ganadores de los encuentros.
Hubo notables equipos de Montevideo, que aceptaron ir a jugar contra la selección del penal, que perdieron como en la guerra los partidos disputados en régimen de amistosos.
Uno de los equipos mas aguerridos, era el MISIONES, y probablemente fuera el mejor, otros eran el HURACÁN, COLON, etc.
Se hacían partidos contra la Guardia Penitenciaria, contra la Guardia Interna, entre los diversos talleres, todo servia.
Era sin lugar a dudas, la suma de fútbol y pasión, se ponía el alma en cada jugada. Cualquiera de ellos podía jugar en equipos de fútbol de primera división, de hecho, al jugar todos los días, a toda hora, practicaban mucho más que los jugadores de equipos profesionales. Y se hubieran lucido en el Estadio.
Los partidos eran dirigidos por árbitros que tenían pleno conocimiento de los reglamentos, y eran respetados en sus fallos por los jugadores, que no eran nenes de pecho.
A veces un partido terminaba a los piñazos, igual que en los campitos de los barrios.
Pero por sobre todas las cosas, el fútbol era un imán poderoso y era el eje de muchas actividades conexas, apuestas, rifas para comprar pelotas o camisetas, etc. Sin duda tenía valor terapéutico, porque mantenía a la gente en actividad. |
Martín
Mowszowicz
La vida entre presos
Cap I: En la cárcel de Punta Carretas (personajes)
Torre del Vigía ediciones
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