La geografía |
Yo conocí la geografía de mi terruño por aquel yuyero viejo. En su canasta estaban todos los pagos, con su perfume agraz y dulce. Con cada yuyo venía un pedazo de geografía viva. pues el yuyero al exaltar las virtudes de la planta evocaba el paisaje, los animales y los hombres... Algunos yuyos desaparecían por algún tiempo como seres vivos. Solamente las lluvias pertinaces, esas que levantaban de las cuevas los hongos dorados, conseguían que esta o aquella planta surgiera de la tierra. El yuyero las acechaba con la misma avidez que un pajarero acechaba a un pájaro raro. |
Otras aparecían, tras un golpe de lluvia de gotas como copas de freno, en las sequías largas que calcinaban los pastos. Nacían y morían con el chaparrón. La sierra venía con sus mil plantas llenas de espinas. El valle dormía en la canasta con sus gramillas duras. La cañada infantil, puro salto y espuma, con su menta espesa. Los cerros grises y transparentes de mi pago estaban mostrando allí el cabello gris y azufrado de la marcela y la planta de la yerba blanca. A mí me enseñó geografía el Negro Félix, el yuyero... |
Juan José Morosoli
Perico
Ediciones de la Banda Oriental
Montevideo - Marzo 1993
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