¡Qué uruguayo no aprisiona
en sus manos la reliquia
de tener a flor de piel
el arte como consigna!
Detrás de cada persona
nuestro país siempre brinda
cual un manojo de estrellas
la nobleza de un artista.
Esta tacita del Plata
como tesoro cobija
tantas mujeres y hombres
que apuestan por sí a la vida.
Sacrificando las horas
entre trabajo y familia
para transportar su sueño
en su arte y bonhomía.
Yo bendigo con mi canto
la sencillez que es divina
fabricando sueños lindos
desde el alma y con caricias.
Hoy les canto, artistas plásticos,
por tener autonomía,
y a los poetas que son
luz perenne a las pupilas,
a los cantantes que logran
contagiar con su energía,
como actores y artesanos
bajo el sol y la llovizna.
Porque al crear bien sabemos
que el odio no nos domina
y al hacerlo, nuestras manos,
llegan a Dios sin mentiras.
Luchemos pero sin armas
por construir nuevos días
hermanando siempre el arte
por la cultura y la vida.
|