Me tocó la parte complicada: escribir sobre lo que vivimos; y digo "vivimos" porque, aunque es triste, somos muchas las que pasamos por esto.
Todo empieza con amor y por amor. El es elegido, el ideal, el que te ama mas allá de todos y de todas. Su amor romperá las barreras que les impidan conseguir su felicidad, y con dulzura y cariño hará nacer y crecer la mujer que habita en nosotras.
El tiempo pasa y las diferencias surgen; las dificultades para entenderse se hacen menos llevaderas y la tolerancia va disminuyendo. Las discusiones son acaloradas y los insultos suenan a palabras corrientes.
De pronto un golpe suena en el aire. La sorpresa es para los dos. El silencio se vuelve ensordecedor y las lágrimas resbalan por sus rostros.
Así comenzó tal vez la violencia en casi todas las casas en casi todos los mundos (porque cada casa es un mundo). Y sólo
comenzó con amor y por amor. Discutimos y "porque te amo te golpeo", "que celar es amar", que "los celos me provocan pegarte", "tal vez así entiendas que me duele", "Es que los celos me atormentan y el dominarte me da la tranquilidad que el dejarte en libertad no me daría".
Entonces acaba la ilusión y el dolor se mezcla con la diaria, se vuelve hábito, se convierte en un habitante más en nuestro hogar.
Los días pasan y los niños crecen viviendo y creyendo que eso es normal o al menos tolerable, o "tal vez a mamá le gusta", sino, ¿porqué se queda?
Un día nuestro amor a la vida hace que decidamos parar con todo. Entonces nos aferramos a tal vez el único hilo de esperanza que haya pasado cerca nuestro, y
huimos del que fuese nuestro hogar, dejamos casa, cosas, y a él.
La casa que fuera nuestro "palacio" donde nosotros éramos "las reinas" y hacíamos lo que queríamos, y dejamos al Rey. A el, el que una vez apareciera en nuestras vidas cual príncipe en su caballo
eligiéndonos para ser su princesa "y vivieron felices para siempre" ja, ja, ja, es un muy buen chiste, una gran broma de la vida.
Pero, será que ahí quedó todo? ¡Pues no! Ese fue el primer paso, luego vino lo demás, lo más difícil porque ahora todo lo que hagamos va a ser sólo logro o fracaso nuestro y nuestros hijos nos lo van a agradecer o a reprochar a nosotros.
Pero lo maravilloso es cuando te das cuenta que todos los logros han sido mérito tuyo y de nadie más.
Puede sonar egoísta y poco modesto pero ¿y qué? acaso no fue egoísta la vida al darnos tan poca felicidad durante ese tiempo, ¿y qué? acaso fue modesta al mostrarnos al enseñarnos qué tan dura y fuerte puede ser al simplemente intentar destruirnos?
Pues yo digo que "no"; que no hay egoísmo al querer sólo brindarles todos mis triunfos y logros a mis hijos, porque ellos la pelean conmigo. Cada
día, cada minuto, cada segundo. Al no dejar de amarme y al perdonar todos mis errores. Y modestia, pues tampoco me la pidan, no!, porque le pienso gritar al
mundo si es necesario, que no pudo!!!, que no me mató!! que al contrario, estoy más viva que nunca y que todo el dolor lo convertí en fuerza, en combustible de reserva, para que cuando sienta que ya no puedo, que voy a quedarme, el simple temor de volver sea lo que me ponga en movimiento.
Y el día que recuerde todo esto y ya no duela, voy a saber que me curé, que estoy sana y lista para que al fin mi verdadera historia, la que soñé, sea escrita.
Si amo la vida?? SI!! la amo. |