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Los orígenes de la nacionalidad uruguaya, de Carlos Real de Azúa Arca, Nuevo Mundo, Instituto Nacional del Libro, 1990 (472 págs.).
Necesaria revisión de las raíces
En
un país que le ha exigido, en muchos momentos y en variadas
circunstancias, perspectivas disciplinarias múltiples a sus
intelectuales más capaces, Carlos Real de Azúa fue un caso —insular e
inusual— de variedad de líneas asumidas de modo vocacional. Lo más
interesante es constatar, más agudamente así pasan los años, que su obra
ha dado frutos ciertos en todos los caminos emprendidos (que incluso
alguno, como la ciencia política, lo tuvo en principio casi como pionero
en este medio).
Todo esto tal vez no fuera tan claro en vida del autor como lo es ahora,
cuando numerosos y fundamentales trabajos inéditos suyos están siendo
editados. El último de ellos ha sido —por iniciativa de Arca, sello que
hizo conocer hace un tiempo atrás en volumen varios escritos antes
difundidos en su mayor parte en páginas perecederas de la prensa— Los
orígenes de la nacionalidad uruguaya, primero y único tomo concluido
de una obra de más ambiciosos alcances en tomo a nuestra identidad como
nación. Culminada su escritura en 1975, en plena euforia uniformada en
tomo a la "Orientalidad", llega, como la parte mayor y más sustancial de
la ensayística de Real de Azúa posterior al año 70, con un atraso
penosamente normal en el Uruguay (que sería inconcebible en otros
contextos, sobre todo en referencia a un intelectual de esta importancia
y habida cuenta el levantamiento de todo tipo de "veda" ideológica desde
1985). En la introducción al libro justifica la magnitud de la tarea emprendida, de este modo: "Aunque la historia fuera —como lo es en grado relativo— "la "magister vitae" del aforismo antiguo es desde el presente, no desde el pasado, que brota la urgencia de necesitar tales lecciones; es hacia el futuro, no hacia el pasado, que se dibuja en el horizonte la asequibilidad de determinadas y valiosas conquistas". Y su revisión critica, impiadosa pero justa, de las posturas históricas que van de Carlos María Ramírez y Francisco Bauzá, pasando por Pablo Blanco Acevedo y culminando en Juan Pivel Devoto, parte sin duda de esa necesidad de asumir —en lo presente y hacia el futuro— una historia de transparencias y veracidades, sobre todo en el agitado y mitificado periodo que va de la gesta artiguista a la Convención Preliminar de Paz de 1828.
Levantados los velos —con el rigor que le caracteriza, con la
fundamentación documental debida y algo más, con sobre todo una prosa
disfrutable como pocas en el género historiográfico— queda el lector
ubicado frente a una nueva hipótesis en cuanto a nuestro origen: las
posibles opciones o caminos que entonces hubo, la consecuente falta de
conciencia de quienes vivían aquel presente en relación al Uruguay, país
autónomo. |
Reseña literaria de
Reseña crítica aparecida en la página de Cultura del diario La Hora Popular, en el mes de marzo de 1991.
Texto cedido por el autor en formato papel de diario. Escaneado e incorporado a Letras Uruguay, por su editor, el día 15 de febrero de 2014
Ver, además:
Carlos Real de Azúa en Letras Uruguay
Alejandro Michelena en Letras Uruguay
Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce
Email: echinope@gmail.com
Twitter: https://twitter.com/echinope
facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce
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