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Los aires de Villa Española
Alejandro Michelena

La podemos ubicar a pocas cuadras de 8 de Octubre, en los aledaños de la Unión, teniendo como vecino en su costado más céntrico al legendario Puerto Rico. Sus límites son imprecisos y varían de acuerdo a los mapas, de todos modos estarían marcados por Camino Corrales por un lado, por el otro Avellaneda, y también por la actual Larrañaga (ex Centenario).

Ámbito de gente de trabajo, conserva al presente su característica de casas con amplio fondo o jardín, humildes pero dignas. Parte del barrio es de construcción reciente, surgido en áreas donde hasta hace veinte años había descampados.

Por el lado de Corrales, un elemento fundamental lo constituye la fábrica Funsa, que ha sido uno de sus motores económicos. Pero en realidad no es una barriada homogénea, pues trasladándonos a la zona del Cilindro podemos llegar a encontrar incluso partes con una impronta residencial.

Uno de los tantos elementos definitorios de Villa Española podría estar en lo no demasiado regular de sus manzanas, algo que comparte con otros parajes ciudadanos pero que allí es algo bien marcado. Aparte de calles en diagonal, y de paralelas que no lo son tanto, sus cuadras por momentos resultan quilométricas y en otros casos muy reducidas. Poseen calles nombres curiosos, como Agaces, Brazo Largo o Espartillo, pero también se reúnen por allí –curiosamente– varios escritores hispánicos: Cervantes, Alonso de Ercilia, Juan Ramón Jiménez, Menéndez y Pelayo.

No hay en este barrio centros comerciales, fuera de alguna esquina donde pueden confluir almacén, boliche y quiosco. Tampoco lo surcan avenidas importantes, salvo José Serrato (ex Industria). Gran parte de su población trabaja lejos de allí, lo que hace que en la semana sea solitario y tranquilo. Es claro que sábados y domingos la cosa se anima; los vecinos salen a las veredas a matear en camiseta y en los numerosos campitos se improvisan innumerables partidos de fútbol.

Villa Española, a pesar de sus numerosas carencias, no ha caído en el estado de postración o decadencia de otros rincones de la ciudad. La pobreza, que nunca estuvo ausente de sus esquinas, se sigue llevando con dignidad. A ello colabora el afincamiento y arraigo persistente del grueso de sus habitantes.

Su nombre hace referencia, en gran parte, al predominante origen hispánico de su núcleo original.

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