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El hotel que fue casa de estudios Alejandro Michelena |
En
1889 la Compañía Nacional de Crédito y Obras Públicas proyectó la
construcción de un gran hotel entre las calles Piedras, Cerrito,
Patagones y la bahía. Estaría próximo al establecimiento de baños
de Gonouilhou, que era muy frecuentado en la temporada de verano por sus
piletas de agua salada -bombeada directamente de la costa- que en ese
entonces se consideraban curativas y reconstituyentes. Fue
Emilio Reus quien tuvo la idea de construir ese hotel, para albergar la
creciente ola de turistas argentinos (ya en ese entonces) que venían a
disfrutar de los baños. El edificio abarcaría una superficie de 2.435
metros cuadrados, tendría cinco pisos y un sótano, cuatro grandes
salones, 380 habitaciones y varios ascensores. El mobiliario se traería
de Estados Unidos, y la administración del establecimiento estaría
inspirada en la hotelería de aquel país. Con
el objetivo de inaugurarlo lo antes posible se trabajó intensamente,
incluso de noche (con energía eléctrica generada por los dínamos del
establecimiento balneario, ya que la propia ciudad no había generalizado
todavía ese adelanto tecnológico en la iluminación). Los
objetivos de Reus -en gran emprendedor, fundador del Banco Nacional y
constructor de los barrios Reus norte y sur- no pudieron llegar a
cumplirse. Primeramente porque la obra se enlenteció a causa del
derrumbe de los corredores interiores del edificio. Hubo que suspender
los trabajos para reforzar la estructura edilicia. Cuando
por fin se terminó el que iba a ser Hotel Nacional, el más suntuoso y
grande de Montevideo, sobrevino la crisis bancaria y financiera de 1890
que arrastró al banco de Emilio Reus, llevando a la ruina a este catalán
emprendedor y audaz (un auténtico "self made man" que no sólo
había ganado fortunas, sino que además dio trabajo a mucha gente y
dinamizó la economía del país). Reus
moriría prácticamente en la miseria poco después, y lo que iba a ser un
gran hotel pasaría a manos del novel Banco Hipotecario, quien se lo
arrendaría a la Universidad de la
República. En
el gran edificio se ubicaron primero las facultades de Derecho, Matemáticas,
y la sección Preparatorios. El 13 de mayo de 1908 el Poder Ejecutivo
compro el bien, asegurando su destino estudiantil. Al poco tiempo Derecho
y los Preparatorios se trasladaron a locales nuevos; respectivamente; el
edificio central de la Universidad, en 18 y Eduardo Acevedo, y el que hoy
es el Iava. Matemáticas siguió allí, compartiendo 41 local con Ingeniería
y Arquitectura, y también con el Servicio Metereológico. En
los años cuarenta estas facultades se instalaron a su vez en edificios
propios, y el inmueble quedó para la nueva Facultad de Humanidades y
Ciencias, que iba a funcionar allí por más de treinta años (hasta que
el estado precario del edificio obligaría al desalojo). Actualmente, el que fuera gran proyecto de Emilio Reus y luego por décadas casa de estudios superiores, permanece cerrado y vacío desde los años setenta. Cada tanto se habla de reciclarlo de restaurarlo, pero tales ideas nunca terminan de concretarse. Pareciera el destino infausto que marcó su origen siguiera operando para evitar su resurgimiento. |
Alejandro Michelena
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