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Entre la carretera y la beatitud 
Alejandro Michelena 

Cuando se habla de Generación Beat, muchos distraídos tienden a pensar que el término hace referencia a los Beatles y al inusitado fervor que generó la irrupción de la famosa banda en los jóvenes de todo el mundo. Sin embargo, tal calificación se aplicó desde más de una década antes en relación a un grupo destacado de poetas norteamericanos caracterizado por una postura –estética y vital- de radical ruptura con los cánones establecidos.

En aquellos Estados Unidos de los años cincuenta, orgullosos de su poderío y complacidos por su modo de vida, obsesionados –macartismo mediante- hasta la paranoia por la dialéctica de “buenos y malos” que imponía  la Guerra Fría, nace la Beat Generation. Estos artistas constituyeron auténticamente una nueva promoción en lo cronológico, pero también por comulgar todos ellos con una estética y una ética que cuestionaba fuertemente el “american way of life” y sus valores.

Uno de sus integrantes más notorios, Jack Kerouac –autor de la novela emblema del grupo, On  the road (En el camino)- fue quien ideó el término que los iba a identificar: Beat. La palabra juega con un doble sentido: roto, o golpeado y cansado, como en “beaten”; pero también lo inocente o lo místico, como en “beatitude”.

En su aspecto exterior los Beatniks –así se los conoció- se dejaban crecer el cabello y la barba, usaban sandalias y ropa heterodoxa. Se mostraban partidarios de un cambio radical de costumbres, torpedeando de esa forma la raigambre puritana del norteamericano medio, al tiempo que experimentaban con otras dimensiones de la gran realidad a través del consumo de alucinógenos (hongos y cactus vinculados a las prácticas chamánicas autóctonas de América), y de técnicas orientales como la meditación zen.

Con ese bagaje viajaron a lo largo y lo ancho de ese enorme país y de México, que para algunos de ellos fue algo así como una región iniciática. Más allá de lo anecdótico, su accionar nunca fue tendiente a la evasión –como sí, en parte al menos, el que correspondió a los Hippies varios años después- y apuntaron siempre a la mayor lucidez y conciencia de lo esencial.

Renovadores en la vida, más que en el arte 

A pesar de su talante existencial revulsivo y contestatario, en su quehacer literario los poetas Beat no innovaron tanto como han querido creer algunos de sus lectores más fervorosos. En el universo poético norteamericano ya habían cumplido ese papel tanto Ezra Pound y William Carlos Williams como Wallace Stevens. A los Beatniks les quedó –apenas- la chance de perturbar y escandalizar mediante sus temáticas y postura.

Tal vez su aporte más interesante se dio, en lo estrictamente literario, mediante el esbozo de una síntesis entre el primordial torrente withmaniano, los hallazgos vanguardistas y la poética social de los años treinta.

Observada su peripecia estético vital en perspectiva de tiempo, es evidente que alcanzaron una notoriedad mundial de largo aliento, y que cíclicamente se renueva. Y de pronto esto fue así, más allá de sus calidades, porque se constituyeron en precursores de un cambio de mentalidad que luego, diez años más tarde, se extendería de manera masiva a muy amplios segmentos juveniles.

Si prestamos atención a los nombres más destacados de la Beat Generation, en primer lugar encontramos a Allen Ginsberg, el poeta más completo y potente del grupo, creador de textos que han devenido arquetipos más que obras literarias, como es el caso de Howl (Aullido). Y le sigue de cerca Lawrence Ferlinghetti, poeta refinado y culto, que desde su legendaria librería de San Francisco, City Lights, fue el editor y difusor incansable de todos ellos.

Pero además Gregory Corso, con su deliberadamente desprolijo estilo y sus toques surreales. Y el ya mencionado Kerouac, iniciando el “road movie” novelístico que reflejó claramente un nuevo estado de espíritu que en los años siguientes iba a convocar a las nuevas generaciones, a través de relatos torrenciales, donde lo coloquial y lo poético se amalgaman.

Alejandro Michelena
aledanmichelena@gmail.com
 
Publicado en La Jornada Semanal, suplemento cultural del diario La Jornada, de México

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