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Por un lado traen en sus valijas la
Segunda Muestra de Video Sueco (que complementará la primera, que se
pudo ver hace poco más de una año y que fue también responsabilidad de
Mascaró). Se va a exhibir en el Museo de Artes Visuales del Parque Rodó,
los días 26, 27 y 28 del corriente mes. En esta última fecha, los
artistas realizarán allí una "performance" que incluyen música, poesía,
video, diapositivas y actuación en vivo.
Este espectáculo, que se puede calificar
de multimedia, se titulará Simbiosis y se podrá apreciar entre el
29 de octubre y el 1º de noviembre en galería Formas, ubicada en
Canelones y Blanes, combinado con un trabajo de "instalación". Se ha
previsto además la exhibición de videos y poesía suecas (las últimas en
traducción realizada por Mascaró) en el Subte Municipal en fecha a
determinar. Complementando esta nutrida agenda, Simbiosis se
podrá ver y oír además en Amarcord, el día 7 de noviembre.
Pero el trabajo de Contreras y Mascaró no
va a quedar en esto solamente. Se harán tiempo para recorrer Montevideo,
registrando —cámara al hombro— el múltiple latir de esta ciudad, con
miras a integrar ese material en un estimulante y ambicioso proyecto de
documental acerca de nuestra realidad (que, a juzgar por los
antecedentes de ambos, no va a ser ni convencional ni complaciente).
El grupo "Boa"
Alejandro Contreras y Roberto Mascaró
integran desde 1988 el grupo Boa, junto al fotógrafo y videísta
sueco Mikel Keysendal y otros. Se trata, de acuerdo a lo manifestado por
el inquieto dúo de creadores, de "un grupo experimental, pero no de
vanguardia". Agregaron además que "Boa no tiene fórmulas, no
impone a sus integrantes una línea de trabajo". Los ha unido una
afinidad estética de base, y realizan eventualmente trabajos de
"multimedia", sin dejar cada uno de ellos su línea de labor personal. No
se plantean tampoco una continuidad planificada para Boa, sino
que prefieren encarar la labor grupal como una alternativa abierta y
libérrima. De alguna manera, la impronta sincrética de este equipo
artístico (que descree del vanguardismo y de las posturas exclusivamente
en la materia) se sintoniza con los aires de esta década final del siglo
cambiante y de estricta transición en todos los planos.
En relación a todo esto, Mascaró apuntó
que ellos aspiran a una "desideologización del arte", y sostienen
que por medio del video pueden lograr un "acercamiento a lo masivo"
(aunque sea potencial), filiando su postura ante el arte —lo que no sus
estéticas particulares— con la de significativos artistas removedores de
otros momentos como los casos del dadaísta Marcel Duchamp y del pope del
"pop", Andy Warhol. "Nos interesa más —enfatiza Contreras—, lo
que se logra hoy por hoy en los conciertos de rock, en cuanto a los
elementos escenográficos de actuación y visuales que acompañan a la
música, que lo que hacen muchos performers que buscan ser
deliberadamente de vanguardia".
"En América Latina —consideró
Mascaró— los artistas no han tenido el tiempo necesario para estudiar
a fondo los procesos del arte, sobre todo en cuanto a etapas claves de
este siglo, tal vez debido sobre todo a los imperativos problemas
socio-económicos-políticos que se han sufrido agudamente por aquí".
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