Aparte de esta prolífica labor en cuanto
narrador, Trobo ha sido desde siempre periodista, trabajando primero en
diarios uruguayos como "El Popular", "De Frente", "Ultima Hora", así
como luego —en tiempos del exilio— estuvo presente en diversos medios de
prensa de América Latina y Europa.
De esa doble condición, periodista y escritor, surgió una interesante
vertiente del quehacer de este uruguayo, que se refleja en volúmenes
como "Así se vive" (de entrevistas, editado por Alfadil, Caracas,
1982), "Lo que pasa en Nicaragua" (reportaje que mereciera
varias ediciones en distintos lugares, aparecido en Siglo XXI, México,
1983). Y el más reciente, "Quién mató a Michelini y a Gutiérrez
Ruíz", trabajo de investigación periodística que está circulando
en estos momentos por Montevideo.
La aparición para la venta de este último, motivó un diálogo con el
autor en los siguientes términos.
Para empezar, ¿cómo se relacionan Claudio Trobo periodista y Claudio
Trobo narrador, y viceversa?
Mira, yo empecé a trabajar en periodismo porque quería escribir. Eso fue
a los 17 y 18 años. Y en verdad el periodismo me gustaba, y entré a
trabajar en diarios para conocer los mecanismos y elementos que forman
parte del oficio de la escritura. A medida que hacía periodismo, podía
al mismo tiempo trabajar más en literatura. Pero había en aquel momento
enfrentamientos, por eso mi primera novela es tan crítica, sobre todo
porque está referida a lo que eran algunas redacciones y el trabajo en
ellas entonces.
¿Pero no habría algunas posibles interferencias, tal cual se ha
planteado en esa polémica siempre renovada, entre texto periodístico y
escritura literaria?
Yo creo que no. Es claro que si, si uno trabaja en un periódico a
contrapelo de su ideología, de lo contrario no. Porque manejar
cotidianamente el lenguaje y conocer los diversos problemas que se
presentan a quien escribe una nota, puede ser de gran utilidad para un
escritor.
Este último informe sobre el caso Michelini-Gutiérrez Ruiz, ¿no es la
primera experiencia de Trobo en un periodismo de encare más exhaustivo,
más analítico, ese que aspira naturalmente al libro?
De ninguna manera. Con "Así se vive" me había adentrado —mediante
reportajes a personas muy variadas, desde una prostituta hasta
intelectuales— en la vida cotidiana de Venezuela. Mi objetivo fue ir al
aspecto humano más que nada, y mostrar así una sociedad con sus
conflictos y problemas. En el libro sobre Nicaragua utilicé un
procedimiento parecido, en base a reportajes, tratando de vaciarme de
pre-conceptos sobre el tema, recorriendo ese país y hablando con la
gente.
Al igual que en materia literaria, en el peculiar género al que
pertenecen estos libros y también el último, se puede hablar de
influencias. Están los antecedentes de Norman Mailer y de Truman Capote.
Yo te diría que el planteo inicial del libro sobre Michelini y Gutiérrez
Ruíz es deudor, como habrás podido notar, del excelente "A sangre fría"
de Capote, que es además antecedente inevitable para todo este tipo de
trabajos.
Requiere mucho trabajo un libro así, aunque sea poco voluminoso?
Fueron meses de acopio de antecedentes, de informaciones, y luego vino
el trabajo de síntesis y ensamblaje. Creo que el resultado es un
material que no suple a la información, sino que es complementario de lo
que ya ha circulado al respecto en los diferentes medios de prensa. Y en
cuanto a su aparición en Uruguay (fue editado en la Argentina) es muy
oportuna en estos momentos, cuando todavía para muchos parece que no se
pudiera hablar de las violaciones a los derechos humanos durante la
dictadura sino con eufemismos.
Así conversamos con Claudio Trobo, un hombre para quien no hay
contradicción alguna entre su condición de novelista y la de periodista,
pues considera que ambas son tareas muy relacionadas, que no existe casi
mayor diferencia entre una y la otra, y que se complementan en última
instancia.
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