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El cementerio del Buceo |
El
cementerio del Buceo posee características privilegiadas, al reunir en su
ámbito épocas antiguas y más recientes. Constituye un entorno muy rico
desde el punto de vista visual y como "espacio" ciudadano. Recorriéndolo
podemos apreciar incontables motivos escultóricos o decorativos. En los
sectores más antiguos: las alegorías universales de Jesús crucificado,
la joven que llora amargamente, la columna partida, la clásica piedad, o
el niño desolado. Avanzando
en el tiempo la perspectiva se va refinando. Desde finales del siglo XIX
comenzaron a contratarse escultores especializados, y los motivos tenían
muchas veces un sentido esotérico. Así es que nos topamos con un enorme
panteón de mármol negro coronado por una esfinge y con motivos egipcios
por sus cuatro costados. Y muy cerca de la entrada principal se encuentra
la tumba de Francisco Piria, considerada por los entendidos como un
verdadero símbolo alquímico, que luce por detrás el Uroboros (la mítica
serpiente que se muerde la cola), y por delante la lacónica frase:
"Yo y Ella". El
escultor Eduardo Yepes realizó más de una versión de La Piedad en este
cementerio. La más interesante se encuentra a sólo una cuadra de la
entrada, a la izquierda, en el panteón perteneciente a la familia Gutiérrez
Blanco. Es un trabajo en relieve, con elementos formales inconfundibles
para quien conozca la obra del escultor, y que posee los rasgos más
intensos de su particular expresionismo. Otro
escultor de valía de quien encontramos obras en el Buceo es Juan Manuel
Ferrari. Su alegoría de un "hombre desesperado" constituye el
motivo central de un panteón ubicado también en la calle central. Pero
son muchos más los artistas nacionales que han dejado entre las tumbas
obras interesantes. Esto, sin contar a los "especialistas" en
motivos funerarios, como el caso de Enrique Lussich, cuya ductilidad para
adaptarse a las solicitudes de sus clientes –tal como se puede comprobar
allí a cada paso– resulta notable. Para tomar conciencia hasta qué punto es significativo todo el arte plasmado en esta necrópolis a través del más de un siglo, es interesante transcribir lo que opinaba el reconocido crítico José Pedro Argul sobre la "Piedad" de Eduardo Yepes antes mencionada: "Piedad de Yepes es una obra de hondo pensamiento, plena de humanidad y cultura, asombrosamente multiplicada de signos. Obra compleja, ha de despertar muy ricas sugestiones y ha de confundir, sin duda". Esto era en 1951, al inaugurarse el mausoleo, y la misma obra mereció nada menos que del crítico argentino Julio E. Payró, las siguientes expresiones admirativas: "Piedad cósmica. Españolísima Piedad. Hubiera gustado a Unamuno". |
Alejandro Michelena
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