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EL Ateneo de Montevideo: larga historia y emblemático edificio

Alejandro Michelena

El Ateneo de Montevideo se funda en 1886. Surge de la fusión entre la Sociedad Universitaria y el Ateneo del Uruguay, instituciones que ya tenían una década de trayectoria, pero tiene sus raíces en el Club Universitario de 1868.

El Ateneo protagonizo, en sus primeras etapas, uno de los debates filosóficos y de ideas más profundos de la historia del país. Su contrincante era el Club Católico, que defendía la tradicional postura de la Iglesia en materias como la enseñanza o la libertad de cultos, con figuras de la estatura intelectual de Francisco Bauza y Juan Zorrilla de San Martín. Desde la trinchera ateneísta defendían la libertad de criterio y el pluralismo de ideas: José Pedro Varela, Carlos María Ramírez y Prudencio Vázquez y Vega. Fue siempre una polémica de alto nivel por ambas partes, que de alguna forma marcaría el clima cultural de los años iniciales del siglo XX (tal como lo consignó Arturo Ardao).

El edificio que ocupa el Ateneo, sobre la plaza Cagancha y haciendo esquina con Rondeau, se inauguró el 18 de julio de 1900. Desde entonces y hasta el presente, se ha constituido en uno de los referentes arquitectónicos del Centro de Montevideo.

El proyecto fue de los arquitectos Julián Masquelez y José María Claret. Pero intervinieron otros técnicos en la obra, como el ingeniero Juan Aníbal Cardone, quien incorporó las columnas del frente del edificio para darle solidez. A su vez, el arquitecto Mengüele se ocupó de la planta alta y la cúpula característica. El arquitecto Claret concentró su trabajo en los interiores de la planta baja, mientras que su colega Boix reformuló el proyecto de fachada original hasta lograr el que hoy conocemos. Masquelez por su parte le dio su toque personal al vestíbulo de entrada -de un estilo calificado como "neo griego"- con influencia de las ideas de Garnier, el autor del Teatro de Opera de Paris.

En sus comienzos, el Ateneo de Montevideo mantuvo en su ámbito cursos universitarios libres, inspirados en el pensamiento del filósofo alemán Krause. Fue una actividad académica por fuera del sistema educativo estatal.

Entre los políticos de nota que fueron dirigentes del Ateneo, se destacan desde José Batlle y Ordóñez a Martín C. Martínez. También personalidades de la cultura y de la sociedad como Luis Melián Lafinur, Eduardo Acevedo Díaz, José Enrique Rodó, Elías Regules, Carlos Vaz Ferreira y Daniel Muñoz.  Y educadores de la estatura de José Pedro Varela y Francisco Berra.

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