Retrato de niña con flores |
Era un montón de lástima con un ramo de flores -un ramito silvestre- pálido como una lágrima, pero hermoso como si fuera una estrella. Era una pobre niña que trajo flores a la escuela, más allá de su pobreza, más allá de su hambre y del inmenso peso de la miseria. Salvaba así lo más puro que había en ella, la gracia y la inocencia de su amorosa entrega. Detrás de la frágil apariencia surgía de la niña esa poderosa fuerza que siempre vencerá sobre la tierra. Esa posesión inenarrable que se tiene o no se tiene, que no se compra ni se vende, que puede convertir a una niña en indestructible ofreciendo sus flores silvestres o nos puede hacer ver a un poderoso con alma pordiosera. Así la niña daba su ofrenda sonriendo. Y aquel ramito de colores era una hoguera que calentaba su corazón pequeño. |
Wilson Mesa
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