Cuando el viejo submarino amarillo se posó suavemente sobre el eterno
campo de frutillas, el sargento Pimienta y su banda de corazones
solitarios entonaban una melodía con sabor a miel.
Vos regresabas de otras de tus giras mágicas y misteriosas a través del
universo, y al descender la viste parada ahí.
Como ayer como siempre
Ocho días a la semana hablando de una revolución políticamente correcta.
Michelle te mira directamente a los pequeños anteojos redondos. Y te
increpa:
-Imagina un mundo en paz sin banderas ni fronteras-te dice.
Vos incómodo mirás para otro lado y optás por hacerte el morsa.
-Hey Jude, no te hagas la Lady Madonna y déjalo ser, que solo dos de
nosotros no podemos solucionarlo-
Pero Eleanor Rigby no retrocede.
-Sé que soy una soñadora que predica que lo que necesitas es amor, pero
también sé que no soy la única, y tengo la esperanza de que un día en la
vida vos al igual que otros se nos van a unir. Entonces el mundo...
Con condescendencia de padre la tomaste de una mano con ternura y
colocaste uno de tus dedos sobre sus labios. -
Pero muchachita vas a tener que aprender a esconder tu amor, y a callar
todas esas cursilerías de que el dinero no puede comprarte amor, y de
que si yo la amo, y ella te ama. ¿Lo ves?
Yo solo sé que ahora quiero sostener tu mano, tienes todo mi amor... .
Lucy visiblemente turbada comienza a retirar sus manos de entre las
tuyas
-Por favor yo... .
Pero no puede terminar la frase.
El grito de socorro y el revólver asesino retumban al unísono en el
anochecer de aquel día agitado...
*****
Hoy ya no se te ubica en el jardín del pulpo, hombre de ningún lugar.
Ahora te dicen el loco de la colina.
Ese.
Ese que suele conversar con Lucy acerca de largos y tortuosos caminos
allá, en el cielo, con diamantes.
Montevideo-Liverpool-Nueva York. Décadas de los 60´,70´, 80, 90, 2000, y
siguientes.
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