Hombre sobre una piedra
poema de Alberto Mediza

de "Descomposición y otras señales"

Vuelvo a vivir,
               dejo ese espacio hecho de sueños,

       de animales sagrados,

                        de ruinas
                              y esqueletos;

                            de pájaros irreales

                       que escupen en la tarde su tristeza.
Regreso,
           y todo recomienza

en el mismo lugar donde estaba esa mesa,

las sillas, las paredes, los relojes

                                que dejan
   trecho a trecho

su tiempo endurecido.
                   Donde está la memoria registrando

             la altura de mi nombre,

       la distancia que divide los cuerpos,
y estoy yo
cargando mi armadura de huesos,

mi casco de elefante enternecido.
Yo que soy,
la gran piedra que gira.
Yo que fui construido con temblores urgentes.
                                             Yo que pude morir
y el no vivir era peor aún

que todas las locuras de la tierra.
         Déjeme que interrogue a las bestias,

       que pregunte a los hombres,
¿qué haremos,
    si el pan es tan difícil

y el amor imposible;
               si fuimos desbordados

por peces y profetas,
y los pies no soportan el peso de otro cuerpo?

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