Pregunto por el sexo

poema de Jorge Medina Vidal

Las molestias de los niños durante la dentición

y cierto ruido bajo que aparece en las encías

buscando expresarse a través de los ojos abiertos y

húmedos
(entendido como una necesidad beneficiosa por
los mayores)
Y es un grito, un calorfrío en las espaldas

cuando se hace la noche.

Luego, cuando las alas de Eros levantan vuelo,

ocasiones sensibles semejantes

repiten en los jóvenes amantes

aquella urgencia viva relegada al olvido.
Y son las voces que silban, el fuego arrastrado

y la tormenta,
el lenguaje interior que se proyecta en la lluvia,

todo lo que limita el silencio y traslada

un significado racional o intuitivo.
Es entusiasmo para la meditación

y entra en la copa del verso.

Ahora debo negar el disimulado engendro que
ha cumplido en nosotros
la disparidad de un sueño,
porque no tener nada es lo mismo
que no decir nada.
Y adelantando la hora que nos unirá
con la naturaleza delirante de los primeros días:

—hemos cambiado de enfermedad. Ahora

      estamos sanos—