De terapias, terapiados y terapeutas |
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“Si existe el momento grandioso de darse sin velos ni atajos mirando hacia adentro borrando los miedos entrégate ...¡AMA!
Matilde Bancoff |
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Yo terapeo desde hace años. ¿Tú, con quien terapeas?. Nosotros terapiamos, ellos terapiarán. Así como yo maileo, tú maileas, nosotros mailiamos, ellos mailean...y tú chateas, el chateó, nosotros chatearemos. Todavía no suenan muy armoniosos esos nuevos “verbos” y menos aun sus conjugaciones, pero sin duda esta civilización tiene “muchas nuevas acciones paradojalmente quietas” para agregar en sus diccionarios.
¿Qué pensará la Real Academia? En realidad no importa porque siempre ha habido permisos que se toman los “hacedores de palabras” y luego por la fuerza que tiene ese llamado “lenguaje vulgar”aparecen nuevos decires que terminan siendo enojosamente reconocidas por los académicos..
¡Uy! ¡Qué desvergüenza la mía! Estar divagando en estas cuestiones lingüísticas cuando hay una persona desnudando su vida en una terapia grupal ¡Así está el mundo!
También olvidé presentarme. Podría decirse que “soy la muda escribiente” contratada por los sicólogos, solamente para tomar notas de los que se terapean en el taller. Para variar , soy una estudiante avanzada de psicología - “avanzada”- por el tiempo de estudio digo- no por lo que los demás piensan que sé. Shhhh acallo mi monólogo interno y respetuosamente escucho el otro monólogo, el de...¿cómo es que se llama.?...
“Desde que tuve la facultad de la razón consciente – no se si como aliada o como enemiga-cada vez vi con más fuerza algo que después comprobé en las sucesivas terapias: que no hay sistema humano que genere más riqueza y a la vez más locura que una familia. Porque por lo menos yo distingo tres grandes formas de ellas presentarse en sociedad. Las “visiblemente” locas que interactuan a los gritos, peleas, recurrentes abandonos y reencuentros..pero donde casi todo está a la vista y oido por quien quiera Las “aparentemente” perfectas donde todo parece fluir amorosamente, no se constatan conflictos ni desórdenes , voces bajas...pero donde hay muchos puntos ciegos, secretos y creencias limitantes.. Las que “trabajan por tener una buena comunicación”, que a veces discuten y otras comparten buenos momentos, donde a pesar de los enfrentamientos, la circulación de los afectos ( sean cuales fueran ellos) e interés por mejorar y hasta cambiar la forma de vincularse según las etapas, permiten sanear y son habilitantes para la evolución individual y colectiva, Esta última forma es una pequeña minoría, la realidad muestra que la gran mayoría está en las dos primeras.
Yo ubicaría a mi familia de origen y a la que después formé yo, en la categoría dos”.
Con esta brillante y ordenada alocución presentó Carmen a su familia en el grupo terapéutico del cual participaba desde hacía unos seis meses. Ya había transitado por varios espacios de terapia y ahora había elegido una forma grupal. El de siempre y el de todos: el amor.
-¡Carmen!, ¡Carmen! me lo repito para fijarlo una vez más (no se bien por qué se me olvida siempre su nombre...)ese día le había tocado a ella ser la protagonista. Sentada en el medio del círculo podía hablar, escuchar opiniones sobre su situación, contestar o no las preguntas que le hicieran y estar dispuesta si el terapeuta lo consideraba pertinente, a trabajos sicodramáticos.
Desde que estoy en esto de ser “oreja, ojo y mano” he constatado que las terapias grupales suelen ser muy fuertes porque los que participan dicen o preguntan sin piedad. Creo que hay dos razones . Una seria y comprometida de realmente movilizar a los compañeros de sufrimientos. La otra es una hipótesis. Tengo la seria sospecha que también lo hacen para sentir ellos un alivio casi morboso porque se escuchan historias más tristes que la propia en el casi único tema universal : penas de amores y desamores, encuentros y desencuentros....
A veces hasta yo misma, “muda escribiente” me movilizo. Diga que uno aprendió lo de “la distancia”...Sea cual fuere la intención, el grupo terapéutico suele ser muy fermental y de mucho aprendizaje de uno mismo y de lo que los demás nos espejan con sus propias historias
Y me pierdo otra vez en mi monólogo interno. Es que me resulta inevitable terapearla silenciosamente y lo que está bien bueno....sin darle capacidad de respuesta o argumento alguno.
Según mi forma de verla, Carmen había elegido esta modalidad justamente por su habitual condición de autolacerarse para limpiar quien sabe qué pensamientos pecaminosos, porque en la realidad , era toda una señora casada , con hijos y una familia muy unida- según sus comentarios en otras ocasiones. Sin embargo algo siempre la empujaba a buscar , a bucear, a revolver,a hacer correr adrenalina para sentirse viva.
Claro que sus argumentos eran muy comprensibles y sólidos para quien la escuchara por primera vez : “necesito aún dilucidar ciertos mandatos internos que me trancan, poder reconocer las creencias limitantes que vienen desde mi origen y que no quiero trasladar a la familia propia, a la que yo he formado”.
Pero ¿qué estaba diciendo? yo que iba registrando todo lo que salía en cada sesión y además conocía por las distintas terapias y terapeutas que había transitado, comprobaba que Carmen estaba casi como al comienzo. Ya sabía todo lo necesario ,sólo tenía que sacar el coraje para hacer los cambios pertinentes a su situación. Porque cuando uno trasiega por varias y variados estilos de terapia aprende a autoterapearse y hasta a terapear a los terapeutas que, no olvidemos: “son humanos” . Se aprende a utilizar un vocabulario propio de dicha disciplina. Y también empieza a necesitar con más fuerza que le den palo, que le castiguen o que le aplaudan y le elogien su enorme crecimiento
Esta vez había elegido masoquearse en grupo, escudriñando todos los rincones de su ser públicamente, permitiendo además que otros también escarbaran en su huerta no solo desmalezando-que no estaría mal- sino además arriesgando a que algún descuidado arruinara algún buen fruto.
Sí, porque ella bien sabe que el proceso terapéutico es casi como un viaje detectivesco hacia el pasado y entonces a veces duda si tiene derecho a husmear en la vida de seres que incluso han muerto. Eso dura solo un instante provocado por la - debilidad y la negación- diría todo el grupo con una mirada acusatoria de cobardía.. porque es tal su necesidad de buscar de quién es la “culpa” que sigue escudriñando en su historia.
Por eso y por lo otro y por lo demás--- igual explora una y otra vez “tratando de comprender lo que ya no necesita comprensión, sino acción”. Porque de todos modos está habitada por todos ellos- vivos y muertos.- Y pregunta tentada quien sabe por cual demonio cobarde“¿ conocer la “novela familiar” es la única forma habilitante para agregar algo nuevo, evolutivo, a la génesis de la familia?”
No pude evitar pensar y casi decirle: “para gente como uno –clase media burguesa en decadencia- la terapia parece ser la única forma para juntar valor y dar un salto cualitativo avalado socialmente y no juzgado como simple locura.” Me fui demasiado, vuelvo a Carmen...
“A los veinte años yo estaba absolutamente segura de que jamás sería como ellos- a mis padres me refiero- hoy con cincuenta y pico me parece que soy una réplica y no resisto , quiero un cambio”
Je je je.... se sonrío irónicamente un mocoso de veintidos años que le recordaba a su hijo. La aterrizó violentamente en el presente con su sincera desfachatez y olvidando el lugar y la situación en que estaba, le dijo en un tono aleccionador de madre enojada: “sabés: si llegás a mi edad te vas a acordar de mi porque vas a ser como tus padres casi inevitablemente y tu risa de hoy se transformará en lágrimas” Habrase visto semejante mientras los terapeutas (que se miran amorosamente) atrevimiento e inexperiencia de lo que es la vida quedó mascullando en su furioso monólogo interno, recuerdan a todos el escuchar sin juzgar ni pelear.
Es que ya es bien sabido por los que “terapiamos”, que en este tipo de propuestas se encuentran simbólicamente padres con hijos, parejas, jefes, compañeros de trabajo..y todos aquellos que marcan nuestras vidas. Así que Javier no se reía de Carmen sino de su propia madre y Carmen no refunfuñaba ni pretendía educar a Javier sino a su propio hijo, que ya que viene al caso era bastante insolente con ella y con todos; un niño mimado sin límites Se puede decir que en estos grupos nadie es quien es, sino quien representa para el otro; por eso son tan fermentales y la tarea de los “grandes padres” que son los terapeutas es no permitir que sus hijos se peleen más de lo necesario y que sean “hermanos” compasivos
Este en especial, está formado por cinco personas ;Carmen con sus cincuenta y cinco años, casada, docente recientemente jubilada y con dos tesoritos de hijos. También está Luisa de treinta en plena crisis de separación, a quien Carmen protege, no sabe bien porqué...tal vez una mezcla de sentimientos que podrán develarse si es valiente. Mauro de sesenta, viudo desde hace tres años, el cual no sabe tampoco el porqué, pero a Carmen le despierta cierta incomodidad. Está Verónica de veintiséis totalmente perdida sin saber qué hacer de su vida; que le evoca a Carmen sus propios veintiséis años tan ordenados y direccionados. Los coordinadores son Lucio y María, dos terapeutas que acaban de dejar sus respectivas parejas y se han unido en el trabajo y en la vida (por eso el descuido de la humana mirada amorosa olvidando el rol, la distancia y otra reglas....)
Sin duda ese era un día especial para Carmen porque fue desnudando todos sus conflictos. Después de frenar a su hijo Javier por su risa burlona, se sintió con fuerzas para plantear “ me siento como Verónica, sólo que con otra edad y por otros motivos...Perdida , con mucho tiempo desorganizado porque acabo de jubilarme tempranamente y aunque siento vitalidad para hacer cosas, me he olvidado que era lo que más disfrutaba hacer”...todo lo que dice casi de “tapa de libro”
En esa crisis que estaba viviendo, era consciente que habían retornado algunos miedos y limitaciones de su niñez. Porque pongamos algo en claro, siempre la culpa es de los padres y los mandatos internos que grabaron a fuego. Que si fueron represores, o abandónicos, que si se priorizaban ellos o a sus hijos etc etc. Por eso primero hay que hay que putearlos por lo que hicieron de nosotros, luego matarlos _internamente claro- y después perdonarlos porque “hicieron lo que pudieron” . Y así , como por arte de magia desaparece toda culpa: de los padres por sus errores y de los hijos por matarlos ..vuelvo a aclarar simbólicamente. Porque hay quienes y con razón los han matado de verdad...pero sucede cada vez menos. El movimiento de la new age ha ayudado a templar los corazones con el calor del “amor genérico y sin sombras” y entonces los perdonamos. especialmente si no tenían experiencia de terapia o no podían “elaborar y simbolizar”
Lo cierto es que en Carmen han aflorado las creencias de sus padres: que el mundo era un lugar peligroso, que había que estar siempre alerta, que la confianza era riesgosa, que la pareja y la familia unida había que mantenerla a ultranza y que eso era responsabilidad especialmente de las mujeres. Ninguna de las mujeres de sus familia conocida se había separado
“Pero yo estoy en un matrimonio que ya no se si quiero sostener.....” expreso con una voz debilucha que escapó avergonzada de algún rinconcito – Luego excusas , argumentaciones, pretextos y otra vez con una voz apenas audible, el reconocimiento :”nunca he visto realmente feliz a ninguna de ellas”
Al llegar a ese planteo se sintió la voz de Mauro : “son sólo miedos a perder comodidades. Seguramente la mayoría de las mujeres de tu familia son mentirosas consigo mismas, prejuiciosas y cómodas. Pero tú eres valiente...sino no estarías aquí y vas a tener la fuerza para tomar las mejores decisiones”
Su intervención casi desata aplausos ,especialmente de Carmen, pero de inmediato regresó de su parloteo interno, lo miró..y no vio en él ni a su padre, ni a su tío, ni a su terapeuta: vio a Mauro y se dio cuenta en ese preciso instante que eso era lo que le incomodaba. Mauro no simbolizaba a nadie conocido, era un nuevo modelo de persona y más importante aún, un modelo de hombre que nunca había conocido y que la atraía con su decir siempre justo , con su cuerpo todavía deseable, con su mirada tierna y firme...
’Uy cómo puedo estar pensando esas cosas. Creo que hasta se nota mi rubor ¡.Bien dicen en mi familia que las terapias solo sirven para confundir a la gente. Pero no debo preocuparme por esos pensamientos...yo estoy bien, tengo todo lo que necesito ¡¡¡¡soy feliz ¡!!!! “
¿soy feliz? ..ni ella se lo cree .... y otra vez le asaltan los ojos fijos de Mauro en los suyos, como infundiéndole coraje para enfrentar sus dudas., sus miedos, los deseos que quiere disimular. Y llora, “llora con un llanto de verdad, profundo, ancestral...”
“Llora Carmen por todas las mujeres de tu familia “ dijo sabiamente la terapeuta. Por fortuna esto provoca un silencio y dan un respiro a mis apuntes, mi mano descansa...
No sé cuánto tiempo y cuantas lágrimas corrieron por su rostro hasta que los terapeutas anuncian que se acabó el tiempo. Carmen ha perdido algunas nociones básicas y creo que otras cosas también ¿o las ha ganado? .
Los terapeutas ya deseosos de irse a su nuevo nido, como humanos que son, dan un cierre a la jornada y le preguntan a Carmen, ya casi cerrando las puertas - si necesita hablar con ellos. Les contesta que no , con ellos no, que logró un insight importante, el tan difícil “darse cuenta” que sin duda la habilitará a algunos cambios.
Al salir, vi que Mauro la estaba esperando y sentí cuando la invitaba a tomar un café. ¿”por qué no? seguramente pensó. Después de todo era una simple invitación a tomar un café?” Valió la pena este taller....por lo del “insight” pensé yo ...porque Carmen aceptó la invitación tal vez incluso escuchando las risitas nerviosas de todas sus ancestras que gustosas la acompañarán hasta donde quiera llegar... Creo que hasta la empujan ...
¡Ah! cuánto más fácilmente vivible y disfrutable resulta la vida cuando se produce un “insight”. El problema surge cuando no tenemos dinero para pagar a los terapeutas los permisos que ellos si nos dan y que nuestros padres biológicos jamás nos dieron
La única que parte con palabras ajenas, sin insight propio, sin café, y encima sin que me pagaran soy “yo”, porque los terapeutas en su apuro por irse a su nuevo nidito se olvidaron de la muda escribiente, Creo que de seguir así , tendré que revisar mi propia terapia para autovalidar y que los demás validen mi trabajo. Mañana mismo llamo a mi terapeuta para que me terapee y para que mi voz sea oída también
De regreso a mi casa se produce un insight casi orgásmico, por lo disfrutable. Me di cuenta porqué siempre me olvido del nombre de Carmen. Era el nombre de una maestra que había archivado en el baúl de los olvidos porque era reprimida por fuera y fuego por dentro, cobarde aparente pero audaz si la empujaban un poquito, siempre buscando no se sabía bien qué... muy curiosa le gustaba fisgonear en vidas ajenas..
Carmen eres mi espejo....ojalá se produzca la “sincronicidad junguiana” o sea “las coincidencias significativas “ y al bajar del ómnibus también a mí alguien me invite a tomar un café
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Edith Martirena
De "Tras las huellas del amor". (inédito)
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