De soledades, sueños y coraje
Edith Martirena

                   MUJER

 

...Un ser que aún no acaba de ser

no la remota flor angelical

que los poetas cantaron

no la maldita bruja

que los inquisidores quemaron

no la temida y deseada prostituta

no la madre bendita

no la marchita y burlada solterona

no la obligada a ser bella

no la obligada a ser mala

no la que vive porque la dejan vivir

no la que debe decir siempre

que sí

un ser que trata de saber quién es

y que empieza a existir

          Alaide Foppa  (Guatemala)

Vacacionar;  lo que realmente es concebido como vacacionar para la mayoría de la gente: olvidando el reloj, el movimiento,  las rutinas,  le resulta difícil a Matilde, siempre preocupada por el deber, por los demás y por atrapar ciertas seguridades que le dan una fragilísima sensación de paz.

 

Pero esta vez eligió pasar unos días en  su lugar preferido -Piriápolis – ( ciudad balnearia con  una energía poderosa que siempre ha amado) y eso la empuja a proyectarse en una especie de pequeña locura; claro que siempre dentro de la imprescindible  cordura....

 

Este domingo frenando la ya habitual ansiedad  de puntualidad y  no llegar media hora antes de lo pactado a la cena  con sus hijos, cae en la cuenta que tiene 55 años y le ha invadido nuevamente ese estado de  desasosiego e incertidumbre que  solo es calmado cuando se sienta frente a la computadora y comienza  registrar su historia como si fuera la primera vez que se descubre. Tiene  siempre demasiadas palabras flotando en su agitada mente que solo  logra serenar, abriendo todo..su cuerpo, su mente , su corazón para que esas palabras se marchen  en ideas o acciones concretas, como la de escribir.

 

Escribir ¿para quién?- se pregunta-  Siempre en primer lugar para mi  misma.. Porque al tratar de ordenarme y al hacer borradores de mis experiencias y pensamientos,  encuentro posibles caminos o soluciones a las circunstancias que voy viviendo. También para los demás” . Y así justificando el egoísmo de su impulso creador, en seguida se aferra a un argumento que encontró hace algunos años y que ya ni siquiera recordaba a quien  pertenecía; ella se lo apropió e hizo carne : “pues no es del todo infeliz aquel que  se puede contar a sí mismo su propia historia”. A partir de ese encuentro empezó a escribir, a escribirse, a ver, a verse, a comprender a comprenderse y  hasta encontrar cada vez  nuevos argumentos para mostrarse y mostrar su vida a otros

 

Contarse a si misma”; ya lo ha hecho en varias ocasiones, a veces sola con su alma , otras con el acompañamiento de algún terapeuta y otras haciendo varios volúmenes de “fotografías  habladas”. Porque  bien sabemos que, al final, lo único que tendremos como tesoro, será la memoria que podamos rescatar al devenir del tiempo que nos arrasa con su fugacidad, provocando olvidos transitorios  y definitivos.

 

La fotografía, otra de sus pasiones. Cientos de fotografías por todas partes; que por un lado le muestran el transcurrir inexorable del tiempo y por otro lo detiene un instante y fija un momento como testimoniando que eso existió...

 

Esta vez afina los argumentos y se auto-responde . “Creo que escribo para tratar de construirme un mundo mejor, para re-crear mi espacio circundante cada vez que me oprime o se vuelve amenazante. Para reprimir la angustia o soltarla a los demás. También escribo para trascender, como un intento de triunfar ante a mi propia muerte. Es una manera de enfrentar la finitud. Para saber más de mi vida;  de lo que me pasa y porqué me pasa.  Es posible que muchos escriban también para encantar y ser amados o para pelearse con otros, también creo tener algo de eso  Pero si soy totalmente honesta escribo más cuando algo me impacta mucho en cualquiera de los dos extremos: porque me angustia, me da miedo o me encierra, cuando estoy un poco triste, cuando me azota la soledad, cuando extraño a mis seres queridos y también cuando vivo experiencias hermosas, necesito atrapar la belleza, el amor, los sentimientos, mi vida.. El tecleo de la máquina me alivia la ansiedad de cualquiera de los dos extremos, en un caso para liberarme y en el otro para hacerlo perdurable. En definitiva también es una forma de evasión”

 

Y se pregunta- “¿pero  por qué tanta justificación otra vez..?....no puedo partir del mismo lugar.¡Qué difícil es saber lo que uno quiere! Pero voy a intentarlo. A ver por ejemplo hoy, en este  preciso instante ¿qué querría para mi?...Y bueno..querría tener el cabello largo como en la adolescencia, tener unos centímetros más de altura, irme de camping con mis amigas , las otrora mesas familiares grandes con muchas risas en el ambiente, que algún hombre apuesto fijara sus ojos en los míos con sorpresa y  deseo, y...pero ¡qué sorpresa, cuántos deseos aún tengo!..sí, somos uno y muchos a la vez”.

 

La locomotora de su mente pregunta y se contesta, cuestiona y responde, acusa y defiende y especialmente argumenta y  justifica. De inmediato aparece una conocida  “molestia visceral cerquita del ombligo” que se hace presente cuando le parece confirmar que su vida transcurre en viciosos círculos donde las estructuras no parecen cambiar ni un ápice y se siente tropezar una y otra vez las mismas dificultades, a pesar del coraje que ha tenido al incursionar por diferentes terapias .  ¡Que paradojal! Ha dicho cosas por escrito al mundo, que jamás comunicaría hablando, ha logrado vencer inhibiciones para mostrarse.! Tal vez los mayores logros de los terapeutas hayan sido ayudarla a desinhibirse al escribir.

 

Y ¡puff! ...se hace la luz....aparece la afirmación  nunca se parte del mismo lugar porque .el  crecimiento no es lineal sino espiralado ..por lo tanto estoy en otro bucle de la espiral. ¡Guau!  ¡qué suerte de salvataje en estos  momentos agotadores eso de encontrar siempre una teoría que nos salve y nos justifique, respaldando nuestras creencias!”...  y se sonríe de sus propias trampas mientras se dirige a su computadora...

 

Sí porque gusta tanto de escribir que  ha llevado a las vacaciones a su compañera silenciosa , a esa amiga que le permite elucubraciones interminables sobre el “ser”  la “existencia”, el “amor” la “vida y la muerte” y además registra todos sus pensamientos en borradores  que le ayudan a  “transformar y metabolizar” ...como el hígado... para poder llegar con menos cargas tóxicas al corazón Por eso, también  optó este verano por  alquilar sola, cerquita de sus hijos, pero especialmente  cerca del mar...

 

Es que las cuestiones que surgen al  “desnudar el alma” en  esta edad, cuando la mayoría de las decisiones más importantes ya fueron tomadas y marcaron un rumbo tienen que ver con el corazón ... con los amores y desamores, con la capacidad de disfrute , con la aceptación de la muerte, con el goce y el dolor que nos provocan o provocamos a los demás, con una creciente necesidad de trascendencia....Y eso acostumbra vivirlo en el silencio de la soledad., donde solo escucha la vibración de sus propios pensamientos, o en el mejor de las situaciones el tecleo de su máquina.

 

Bueno a veces hay un ser al que le está permitido estar presente en ese reino tan íntimo y privado, porque se identifica con su forma de musicalizar la vida, es a Piazzola con su lucha de opuestos  que puede ser por momentos fuertemente visceral y en otros increíble y exquisitamente sutil y sensible, logrando “tocarnos” también el corazón. Puede mostrarnos imponentes metamorfosis en una misma pieza y esa casi   “palpable locura Piazzoliana” ..tan conocida por ella: cuando parece terminar vuelve a comenzar...

 

¿Paradojal? ...sí mucho. Por eso cuando quiere hacer cable a tierra busca el decir murguero llano y poético o a su amado Benedetti que tiene esa capacidad de embellecer las cosas cotidianas y desdramatizar la vida con una sabiduría  insoportablemente sencilla  para la crítica de algunos  complicados intelectuales que prefieren enredarse en los devaneos de la mente.

 

Un rayo de sol saca sus ojos de la pantalla y al mirar la hora, deja de lado sus necesidades, abandona a su ciber amiga  con esa maraña de pensamientos  y  reflexiones y sale corriendo. Su cuerpo emite señales y le recuerda en seguida la edad que tiene y que la buena salud no la acompaña.  Frena la marcha., porque sus piernas no responden como ella quisiera. Entonces se ubica en su realidad:  su cuerpo no está del todo sano;  su “punto ciego” se corre un poco y sabiendo que debe disfrutar cada presente, logra ver una hermosísima puesta de sol en la playa. Es ese preciso momento  de máxima quietud y de misterio sagrado

 

Y mira los cerros, y los colores del cielo, escucha el rumor tranquilo de las aguas y siente el aroma del mar. Se  completa la perfección cuando ve venir un grupo corriendo hacia ella y siente los ecos de voces conocidas  -“¡mamá!” “¡abuela!”- . Son sus hijos y sus pequeños nietos que parecen querer rescatarla de quien sabe que peligros; tal vez de sus propios pensamientos.

 

Con su algarabía, con  el regalo de unos bracitos que piden ser levantados y unos ojitos que muestran un amor sin contaminaciones todavía,  Matilde se conecta con su corazón  que llora emocionado con un sentido agradecimiento por este momento de absoluta felicidad, de conexión con la vida.... “¡ah!...si hubiese traido la cámara de fotos lo habría inmortalizado.”..fugazmente piensa. Pero abandona inmediatamente todo pensamiento para poder registrar en su alma, que está viva, ese momento de plenitud..

 

Felicidad tal vez sea un palabra demasiado ambiciosa y fuerte para definir su vida. Pero,“¡que deliciosos momentos has vivido!” le susurra su corazón con un lagrimeo íntimo, tranquilo, mientras su mente recorre como en una película retrospectiva cientos de fotos que registran sentimientos similares

 

¡Ah si siempre pudiera “vivir la vida en lugar de escribirla”! reflexiona con cierto dejo de tristeza por su inhabilidad para vivir .

 

Pero sólo por hoy quiere sentirse bien viva y presente en cada instante “...Reímos, cenamos, disfrutamos de las novedades de los pequeños y casi sin darnos cuenta durante tres horas alimentamos nuestro cuerpo, nuestro corazón, nuestro espíritu, nuestros lazos...”

 

Regresa a su casa con renovada vitalidad y se conecta con su amiga cibernética, que en un total nudo, aún no logró desentrañar sus borradores. Y a pesar de que a su edad, la mayoría de la gente ya deja de buscar, de soñar y trata de mantener el  seguro y delicado equilibrio logrado- Matilde -que no ceja  en la permanente búsqueda de sí misma, en un gesto de total coraje, registra en el cerebro de su amiga : “Mañana cuando despierte desafiaré al destino, si es que hay uno marcado. Me  revelaré y tomando  mi vida en mis manos con la sola protección del “ángel de la guarda” –que es mi referencia espiritual desde niña-me lanzaré al vacío  y buscaré un trabajo aquí en Piriápolis, donde siempre soñé vivir y hasta morir. Montevideo no está lejos y podré visitar o ser visitada por mis hijos, mis nietos, mis amigas y hasta quizá por Dios....”

 

Guarda el secreto en el cerebro de su amiga y sale nuevamente a caminar para aclarar su decisión, ahora bajo las estrellas, como si hubiese escrito una sentencia de locura  Aún falta mucho para mañana y ya sospecha que en todo ese tiempo el sueño puede  borrarse o desaparecer, como han desaparecido tantas cosas---Además porque conoce muy bien a la mesurada y  confiable cordura . Como en otras situaciones vencerá a la  tentadora pero inestable locura; no se permitirá ser seducida

 

Sus pies en el agua  se iluminan con las noctilucas que como un presagio esperanzador  parecen decirle que se deje conducir a donde aquellos la lleven, a sabiendas de que unos tramos del camino estarán  iluminados y otros se harán a oscuras.

 

No sé que pasará mañana “–se dice Matilde.  Como las antiguas culturas comparte la teoría de  que el pasado va adelante, porque es lo único que podemos ver y el futuro va detrás, porque aún no lo vemos. Así que se queda por un momento otra vez en su corazón con este otro presente fabuloso , confiando...

.... en el coraje y la fortaleza de su hígado para metabolizar  su sueño,

.... en la guía luminosa de las noctilucas,

.... en la energía protectora divina del ángel guardián  y

..... en  la sabiduría  misteriosa que tendrán  sus pies para elegir el mejor camino..

 

Ya dio el primer paso: habilitar audaz y valientemente a su corazón a habitar en el mundo de los sueños `posibles. Desde hace algún tiempo está intentando el segundo: tratar de vivirlo y no solo escribirlo

Edith Martirena

De "Tras las huellas del amor". (inédito) 

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