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Encerrado
en su oscuro estuche
allí está él
con su bella tez caoba
su sensible alma de madera
sus cuerdas de gris acero
que encandilan.
Soberbio y vanidoso
él sueña
el sueño de Bach, Mozart,
Beethoven, Vivaldi
¡y de tantos otros genios!
Sin embargo…
con su estrujado
corazón de madera
él espera y desespera
¡deseando que ella lo tome
entre sus manos
y pulsando sus cuerdas
despierte su alma dormida,
liberándola en trinos, canto, viento
llanto, risa...!
¡Ya lo ves tú también violín
como no eres nadie en soledad,
que del otro necesitas
como todos los demás!.
Porque sólo siendo dos
a la vida se renace
bello, glorioso,
digno de elogios
despertando amores
y desterrando horrores!
¡Sólo siendo dos
se es uno, en realidad…! |
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