Colabore para que Letras - Uruguay continúe siendo independiente

Prólogo a "Historias de aire y tiempo"
de Carlos Píriz Mondino
[1]
Libro de próxima aparición bajo el sello B.L.A.N.C.O.
Marta de Arévalo

En la solapa de este libro se da cuenta de un volumen anterior de Carlos Píriz Mondino, dedicado a evocar acontecimientos de la villa de su infancia. En 2002 iniciábamos el prólogo a dicho texto expresando: “La memoria es condición esencial en la conciencia del ser humano. Por su acción removedora, asume forma y razón nuestro existir, ya que a través de ella, recuerdos y vivencias antiguos o cercanos, se revisten de permanencia. (…) es la memoria el archivo que registra los hechos nimios  o importantes,  que forjaron nuestra experiencia.” Y no es ocioso recordar aquí esos conceptos, pues el núcleo vital del presente libro también se sostiene en la vigorosa memoria de su autor, quien expone como en una cinta cinematográfica acontecimientos que por su trascendencia emocional o social, marcaron y enmarcaron los años de su actividad profesional.

 

Nuestro autor logra introducirnos en un lapso de su historia personal íntimamente consustanciado con la historia de la aviación de nuestro país. Desde su  ingreso como cadete a la aeronáutica nos involucra emocionalmente en su  vocación  y nos guía por los diferentes tramos de su ascender hacia la perfección del oficio. Pero nos aporta, al mismo tiempo, una serie de conocimientos valiosos sobre las características de las máquinas voladoras de su tiempo y nos sugiere una visión panorámica de las comunicaciones por aire de la etapa en que realizó su actividad. Estas dos  tendencias, la personal y la que llamaríamos docente, casi como dos líneas paralelas, se manifiestan en toda la extensión de lo narrado.

 

No obstante, la sustancia esencial de la obra es el juego de su  propia personalidad  que se descubre como un haber sido,  un ser y un seguir siendo. Una forma lúcida de aferrarse a la vida para crecer y crear a despecho del tiempo. Por ello, al amparo de sus recuerdos, que involucran su memoria,  revive las emociones vividas y las comparte, las ofrece al lector con un gesto de generosa complacencia. Es que Píriz Mondino ha extraído estos relatos desde la hondura del alma, desde donde se guardan las vivencias que han forjado nuestra vida, nuestro existir más secreto… es decir, los acontecimientos asumidos que nos han plasmado como individuos. Y es desde la actualidad de su persona, desde el hoy que vibra, acaso con nostalgia, que el autor cuenta y comunica.  Así vemos  al adolescente inexperto, pero ansioso y decidido, que no obstante, comienza con prudencia su aprendizaje paso a paso. “Cada día lográbamos pequeños objetivos. Cada día conquistábamos algo”, nos dice. Es la época de las amistades entrañables entre jóvenes compañeros y donde, sin embargo, también acecha la tragedia: “Por inesperado y por trágico el episodio conmovió despiadadamente al grupo. Cada condiscípulo sufrió a su manera. El transcurso del tiempo  demostró su ausencia y fue el mismo tiempo el que instaló el primer dolor profundo que se posesionó en mí.” 

 

Luego vendría todo el adiestramiento adquiriendo las destrezas necesarias para su cometido, así como el “ciclo eufórico” donde en la plenitud de su juventud disfruta la libertad del vuelo recorriendo el país de frontera a frontera. Nos cuenta:”…bajábamos  al nivel de vuelo hasta la altura de los trigales. Las rutas entrecruzadas nos llevaban  repetidas veces por los mismos montes, los mismos plantíos, a reconocer  cada curva de cada arroyo, los pueblos, y algunos de sus habitantes…”  

 

Más adelante nos ilustra sobre la etapa del transporte de personas y mercaderías y el intercambio con comunidades regionales. De esa tarea expresa: “Como piloto aviador cumplía una función y disfrutaba con mi profesión. Memorizo e interpreto lo que me tocó vivir, intentando rescatar hechos, reflejados algunos, intransferibles lo más,  pero todos comprenden a la comunidad sudamericana”.  Desde otra perspectiva describe los viajes por todo el continente. Muchas veces azarosos pero siempre interesantes. Recorremos con él las diferentes ciudades, conocemos la idiosincrasia de sus gentes, y nos internamos en aspectos  de la historia y la cultura de diversos pueblos indoamericanos donde prosperaron antiguas y ya desaparecidas civilizaciones. A medida que narra, el autor descifra la experiencia vivida y expone sus conclusiones personales sobre hechos y costumbres. Y por supuesto, no faltan a lo largo de los relatos de cada travesía las inevitables anécdotas  que matizan sabrosamente  la trama, tal como la del frustrado atracador del restaurante “Los Patitos”, la de las monjas desaparecidas, la del pavor de Ceferino ante un terremoto chileno y su inusitada reacción, o la forma intempestiva en que tuvieron que salir de Santa Cruz de la Sierra por una imprudencia  juvenil.

 

Claro que es importante señalar que estamos  antes que nada frente a una obra literaria y por lo tanto con la suficiente libertad para que los acontecimientos y peripecias relatados se sujeten  a la fantasía del autor y al lógico mecanismo de la elaboración que selecciona, enfatiza o difumina la realidad para acomodarla a la intención creadora. A pesar de ello y talvez, justamente por ello, nos complace asegurar que el lector tiene un amplio espectro de impresiones para asimilar y disfrutar en estas páginas escritas con emoción e inteligencia.

 

Con esta obra narrada con soltura y con su estilo muy personal, Carlos Píriz Mondino confirma indiscutiblemente su segunda profesión: la de escritor. Lo que ya había demostrado en aquella su primera entrega en que, llegando a sus raíces, recordaba su pueblo de  Paso de los Toros.

 

No podemos dejar de recordar sus relatos iniciales, pues al discurrir por la lectura del libro presente, asociamos al joven de aquellas evocaciones con el piloto aviador de éstas y en especial con el hombre que las trae al presente. Con razón decía en la página introductora de su primer opus: “He vivido variado e intenso”.

 

Se nos ocurre, entonces, que estamos asistiendo a la creación de una trilogía y que este volumen representa su segunda parte. Esperamos que el futuro nos acerque el tercer  testimonio  de sus memorias.

                                                                                                              

 

Notas: 

 

[1] Carlos Píriz Mondino  (1932, Durazno, Uruguay) Narrador, empresario, piloto aviador retirado egresado de la Escuela Militar de Aeronáutica.

Concurrió al  taller “Fabulas” de la escritora Sunny Brandi, y posteriormente al Taller Poético “Marta de Arévalo”.  Actualmente es integrante del Grupo Cultural B.L.A.N.C.O.  En el año 2002 apareció su primer libro: “Evocación de la Villa  -Recuerdos de Paso de los Toros-” donde el autor  rememora circunstancias de su infancia y de sus años juveniles.

Marta de Arévalo
Noviembre 2009

Ir a índice de ensayo

Ir a índice de    Marta de Arévalo

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio