El niño cazador |
Con una flecha de oro iba un niño cazador en una mañana clara a cazar...rayos de sol. El sol estaba dorando el jardín del ecuador y con luz ultravioleta en clavel lo transformó. Danzaban dos mariposas y una, g´racil, se posó sobre el corazón del niño que bajito murmuró: “Llévame en tus alas bellas hasta el cielo en esplendor. Quiero que el sol me devuelva el alma que me robó” Era noche cuando al niño la mariposa dejó en el borde de los cielos ...y en estrella se volvió. |
Marta de Arévalo
De "Trinos en el jardín”
1987
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