Si quiere apoyar a Letras- Uruguay, done por PayPal, gracias!! |
La literatura como fuente de gozo y conocimiento |
El pensador francés: Marcel Lobet ha expresado: "Desde el poema que el escriba egipcio grababa en un tiesto de cerámica hasta la última novela actual, los hombres nunca han cesado de traducir por la palabra o por la escritura, sus deseos y esperanzas, sus gozos y sus penas, su amargura y su felicidad, a fin de que otros hombres inclinándose sobre esos testimonios, escrutaran su sentido profundo y sacaran no solamente un placer o una delectación intelectual, sino también una enseñanza. El
valor humano de la literatura aparece en el hecho de que ella nos permite
entender los espíritus, leer en los corazones, comunicarnos con las
almas.” |
|
Coincidiendo
con este autor, en uno de los primeros textos del curso
de mi Taller Poético, declaro: A
partir de la necesidad del hombre de conocer los hechos que con él se
relacionan y consignarlos por escrito para otros hombres en lugar y tiempo
indefinidos, esos conocimientos escritos que llamamos literatura, y ese
plasmar sentimientos e imaginación, por medio del lenguaje, al que también
llamamos literatura, han sido el fundamento para la civilización, el
fermento para las ciencias y la memoria para las artes. Es
por ello que la literatura enriquece al individuo bajo tres aspectos: Intelectual, Moral y
Social. Desarrollemos
estos tres aspectos: Aspecto
intelectual.
Ningún ser humano,
por mayor que fuera su talento, podría adquirir o comprobar por sí
mismo, en toda su vida, los conocimientos atesorados en el curso de
las distintas civilizaciones.
Por
el contrario, cualquier mediana inteligencia, al comunicarse con otras
mentes por medio del estudio, se fortalece y aclara, adquiriendo nuevas
nociones, que le permiten la evolución del pensamiento hacia niveles
superiores. Por ello concluimos
que: El que estudia acrecienta sus valores intelectuales y
hereda la cultura acumulada
en los siglos. Por
medio del estudio conocemos el pensamiento filosófico ancestral
de pueblos milenarios y
muchas veces tomamos conciencia y ejemplo de ello, para nuestra
circunstancia presente. Oigamos algunas máximas que dejó escritas el
sabio Ptahotep, ministro del antiguo Egipto: No
seas soberbio porque sepas mucho, habla
con el ignorante lo
mismo que con la persona culta. A
los que dependen de ti, trátalos del mejor modo porque
ésta es la obligación de
aquellos a los que Dios bendice. Y
el escriba Ani, maestro en la escuela de un templo, habla a sus alumnos en
esta forma, de los deberes filiales: “Dobla los panes que das a tu madre. Pórtate con ella como se ha portado contigo. Cuando naciste, durante varios meses cargó contigo y durante tres años su pecho estuvo en tu boca. Nunca sintió repugnancia por tus suciedades y nunca dijo ¿ porqué debo hacer esto? Cuando seas grande y tomes mujer, vuelve tus ojos a la época en que tu madre te dio a luz… Que nunca tenga ella que censurarte ni levantar sus manos a Dios para quejarse de tu proceder.” En el I Ching, libro chino de oráculo y sabiduría podemos leer que: “El
noble, fomenta su carácter y
trabaja en su obra. Y son la
fidelidad y la fe, los
elementos mediante los cuales fomenta su carácter. Trabaja en las
palabras de modo que se basen
en la verdad. Y esa es la tarea mediante la cual confiere duración a su
obra. Pero no siente orgullo en su alta posición,
ni desengaño cuando se halla en posición baja. Así permanece
creadoramente activo.” Aspecto moral
La
autenticidad que emana de la profunda razón de ser de la literatura, está
ligada irreversiblemente a la sed de justicia y a una vocación ineludible
de felicidad, en el hombre. De
tal modo, que, a menos que un autor desnaturalice estos principios, estará
siempre encaminada, aun en forma no deliberada, a un impulso vital y
generoso de belleza y bondad. Decimos
entonces que :
Por medio del deleite dirige hacia la virtud. Ejemplarizando esto, veamos un breve texto del español Don Francisco de Quevedo, quien nos dice que un día: “Vinieron
la Verdad y la Justicia a la tierra.
La una no halló comodidad por desnuda. Y la otra, por rigurosa.
Anduvieron mucho tiempo así, hasta que la Verdad, de puro necesitada, se
asentó en un mudo.
La
Justicia, desacomodada, anduvo por la tierra rogando a todos, y viendo que
no hacían caso della y que le usurpaban su nombre para honrar tiranías, determinó volverse. Salió
de las grandes ciudades y
fuese a las aldeas, donde por algunos días, escondida en la pobreza fue
hospedada por la Simplicidad, hasta que la Malicia, envió requisitorias
contra ella.
Huyó
entonces y fue de casa en casa pidiendo que la recogiesen. Y
preguntaban todos quién era. Y ella, que no sabe mentir, decía que la
Justicia.
Y
respondían todos: _ ¿Justicia? y no en mi casa.
Vaya a otra. Y
así, como no entraba en ninguna, subióse al cielo y apenas dejó acá…pisadas. Los
hombres, que esto vieron, bautizaron con su nombre algunas varas. Pero acá
sólo tienen nombre de justicia los
que las traen.
Porque
hay muchos de estos en quien la vara (de la justicia) hurta más que ladrón con ganzúa.” Y
de una escritora uruguaya actual, Celia Testa, más conocida por Celtes,
oigamos algo sobre La Suegra.
“Todas las mujeres tienen vocación de suegras, para lo cual se comienza por ser madre, y aún antes, esposa, lo que significa, nuera. Así es la vida. Tener
suegra es privilegio del ser humano, porque si el hombre, como las
bestias, olvidara su origen,
no habría suegra. Ella es quien estimula a alcanzar virtudes porque exige
perfección. Quizás por ello, Adán y Eva, que no tuvieron suegras,
hicieron del paraíso un valle de lágrimas.
La
suegra pertenece a los políticos de la familia: es la madre política.
Cuando se oye decir en algún lugar del mundo que se suspenderán los políticos,
yo me angustio pensado que harán con las suegras. No puedo imaginar un país
sin suegras, que son las abuelas del mañana.
Por
eso propongo cambiar el rótulo
suegra, por abuelita. Quizá cambiando
la palabra se abra el camino a la comprensión.
Y como las nueras de hoy son las suegras del mañana, con esperar
algún tiempo se sabrá si la historia se seguirá repitiendo,
o si las inquietudes de hoy, darán buenos frutos en las suegras
del futuro.”
Aspecto social.-
La expresión oral o escrita es imprescindible para comprender y trasmitir
las ideas de la comunidad. Y quienes dominen sus reglas estarán mejor
capacitados para integrarse al proceso cultural de su tiempo. Todos
sabemos que vivir en sociedad es un arte. El arte de tolerar, de
comprender, de ser amable, y sobre todo, de expresarse con claridad.
Cuántas
veces, por no expresar nuestra pensamiento o nuestro afecto, con la debida
justeza, fuimos mal comprendidos,
dando paso a una discusión inútil. La literatura nos capacita para
expresarnos y dialogar eficazmente con nuestros prójimos.
Por eso decimos que la literatura integra el individuo a la sociedad. Y
también nos capacita para conocer las formas de pensamiento de otras
personas y de otros pueblos, ya que cada autor en su tiempo y lugar es la
expresión aproximada del grupo humano en que le ha tocado vivir. Examinemos
algunos poemas y nos llegará
el eco de otros tiempos, de otras
vidas y costumbres. El
poeta latino Horacio, nacido en el siglo I antes de Cristo, dedicó una
oda a su lira, que dice así: |
“Me
invitan a pulsarte. Si a la sombra canté,
a tu son, mis ocios pasajeros, inspírame
hoy un cántico latino que
perdure en el tiempo. Oh,
lira, honor de Apolo en
festines de Júpiter excelso, delicia
suya, y para mí el más dulce alivio en el pesar: _ Oye mi ruego!” |
En el México de la América precolombina, vivió entre los náhuatl, un príncipe poeta: Netzahualcóyotl. Se conservan de él algunos cantos como éste, impregnado de un profundo sentimiento de la brevedad de la vida. |
“¿Acaso
es verdad que se vive en la tierra? ¡Ay! ¿Acaso
para siempre se vive en la
tierra? Hasta
las piedras finas se resquebrajan hasta
el oro se destroza hasta
las plumas preciosas se desgarran. Sólo
un breve instante aquí. Sólo
vinimos a soñar. No
es verdad, no es verdad que vinimos a vivir en la tierra.“ |
Un poeta japonés del siglo XVII, Matsuo Basho, por medio de la brevedad del haiku, nos deslumbra con la delicadeza de los elementos de uso cotidiano de su gente. En este caso, un biombo. |
“Narciso
y biombo uno
al otro ilumina. Blanco sobre blanco.” |
El argentino Rafael Obligado fallecido en 1920, al exponer la leyenda de Santos Vega, nos introduce por medio de la décima, en el paisaje de la pampa y en la vida y costumbres del gaucho: |
“
Santos Vega cruza el llano, alta
el ala del sombrero, levantada
del pampero al
impulso soberano. Viste
poncho americano suelto
en ondas de su cuello; y
chispeando en su cabello y
en el bronce de su frente, lo
cincela el sol poniente con el último destello.” |
Y por supuesto, no está ausente en la poesía, el amor. Sentimiento universal que en todo tiempo y lugar ha hecho cantar y llorar a los poetas. Y lo convocamos en un conocido madrigal del español Gutierre de Cetina, poeta y soldado en la época de Carlos V. |
“Ojos
claros, serenos, si
de un dulce mirar sois alabados, ¿por
qué si me miráis, miráis airados? Si
cuanto más piadosos más
bellos parecéis al que os mira, no
me miréis con ira porque
no parezcáis menos hermosos. ¡Ay,
tormentos rabiosos! Ojos
claros, serenos, ya
que así me miráis, miradme al menos.” |
Así, la poesía, que es la esencia primordial de la literatura, va recreando los pueblos y el sentimiento de la humanidad. Y se hace historia, tradición y canto, dándole sentido a la vida del alma. Ya
que la magia
de la creación se eleva por sobre la materia, para legarse como
testimonio desgarrado y valiente de
una humanidad en permanente tránsito de sí misma. |
Marta de Arévalo
Ir a índice de ensayo |
Ir a índice de Marta de Arévalo |
Ir a página inicio |
Ir a índice de autores |