Te odio por la vida que me diste
en ansia nueva de dulce posesión.
Por este manar de fuente en tierra de milagros
y la negación reiterada de tu sed.
Te odio por amarte florecida
y romper mi vida a daga y miel.
Te odio por la luz de tu ternura
contenida en el filo del deber.
Te odio por tu mano limpia
que no contaminó mi sien.
Te odio por tu amor inmenso
extrahumano y pálido de fe.
Te odio por tus hijos que me sueño
en la entraña - desolada - de mi ser.
Te odio por el beso que me niegas
y por el beso partiéndome la piel.
Te odio por amarte tanto que me quiebro
en luz de amor y odio
una y otra vez. |