Hombre I
Soledad

Marta de Arévalo

Desato los nudos pronunciados
enjugo las lagrimas que sangro
endulzo sin miedos los rencores
y los besos maldigo lacerando.

Desnuda de mi amor y de tu apoyo
me erijo en vigía solitaria
de mi torre inaudita y desolada.
No quiero ya tu sombra a mi costado
porque dañan tus ladridos mis heridas.
No quiero la alta noche apasionada
quiero ser el olvido. Voy callada.

Te odio y me lastima tu agonía.
Con un odio compasivo quito el hombro
y te dejo sin cimientos de por vida.

Es que cansa el mismo lastre cada día
y el sonreír anegada entre mil llantos
y el andar en fingimiento de planetas
cuando ha muerto la raíz del universo.

Marta de Arévalo
De "Juego terrible"
Escrito en 1986 - Editado en 2002

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