Yo sé que atisbas mi soledad y mi canto.
Sé que a la distancia
me piensas la sonrisa
y que asistes en espíritu
la hora en que me acuesto.
Sé que vas en la jauría humana
desafiando lobos y en secreto orando
y alguna estrella guardas en la frente oscura
por si otra vez volviera
a iluminarme su esplendor y celo.
No quiero tu desvelo por mi sangre
ni tu amor enmascarado de fraterno.
Hoy que no existen los futuros
y el tiempo desató las profecías
guarda el odio y amor -hombre sin risa -
que me duelen tus besos en recuerdo
que me duele no ser y seguir siendo.
Me quema la caricia que me diste
y la que hurańo guardaste sin amparo
la mueca de tu boca rencorosa
... y tu lágrima . |