Ayer |
Ayer era la vida. Agónica y porfiada llamaba con su grito de victoria su estandarte recamado de destino su campana sonora de palabras impía de reclamos caprichosa de abundancia. Ayer era la dicha. sońada y necesaria formaba con sus brazos invisibles una aureola revestida de esperanza una coraza con sigilos oportunos atrevida y seductora Ayer era aquel tiempo anegado por la ausencia llamarada protectora del delirio llama rota ya quebrada apagada entre nostalgias |
Marta de Arévalo
De
“Ausencia empieza con A”
Edición Grupo de los 9 – 2000
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