Abran todas las puertas |
Abran todas las puertas aquí la vida quema. ¡Qué gran borrachera de balas que me haría... ¿ y ahora qué? ya me he dado contra todas las piedras. ¿Voy, vuelvo o estoy muerta? Miro la flor - ¿o era culebra?- miro la flor que quiso cortar mi mano que maldijo el ángel. La miro y huelo a podredumbre. Sí, me tocó. Estoy llena de gangrena. Llena de fuego que me quema pecho adentro. Allí donde se suele ubicar el corazón. Donde una dice -amo!- donde una dice -duele!- Miro y remiro. Me miro y miro a todas partes y pregunto. Y así como Vallejo me siento a pensar en "golpes como el odio de Dios" |
Marta de Arévalo
De “Abran todas las puertas” - 1988
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