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Yo he sido feliz
(¿Qué duda puede caber?
Pues muchas.
Pero haga confianza,
lector, y de por bueno
que he sido
feliz.)
Yo he sido feliz, decía,
pero tú,
en cambio tú,
no fuiste
feliz.
El no fue feliz tampoco.
Ella no fue feliz
y había ya dejado de soñar
con ser feliz como cien años antes
del día en que murió.
Nosotros no fuimos felices,
entre otras causas porque
tú no fuiste feliz /vos no fuiste
feliz mientras viviste.
Vosotros / ustedes
no fueron /no fuisteis felices jamás
en ninguna, ninguna de las largas jornadas
que duró la existencia de este lado de acá.
Ellos,
acaso para dejarme
sólo con la culpa
de haber sido feliz
en medio a tanto espanto,
tampoco
fueron
felices.
Y dígame ahora alguno
si le da el egoísmo o la insensatez
para creer que no hay Dios
ni Paraíso luego de esta vida
para tanto infeliz que aquí padece. |
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