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Yo soy.
Tan luego como cosa que me imagino,
el mundo existe.
Nosotros somos:
andando al tanteo
entre las reales las imaginarias
cosas del mundo nos
chocamos produciendo
distintas clases de chispas:
esos chispazos son nuestra existencia.
Tendemos a inventarnos
explicaciones del sí o del no,
del qué, por qué y para qué,
del cómo y del quién,
aportando pruebas,
algo más objetivas éstas últimas,
sobre el dónde y el cuando.
No podemos
tener certeza de la validez
de nuestras teorías:
son buenas mientras nos sirven
y cuando ya no
hay que buscarse otros caminos
para seguir avanzando.
Ellos dicen ahora:
“dejémonos de cosas:
el mundo es incomprensible,
hay que adaptarse a ello,
hay que adaptarse”.
Ellos afirman
haber comprendido
que el mundo es incomprensible,
lo que es contradictorio.
Lo que no comprendo
es si a ellos les sirve creer
que el mundo es incomprensible
o lo que les sirve
es que nosotros lo creamos. |
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