He luchado siempre
contra el esquemita
contra el esquemón.
Desde mi balcón
cuando era muchacho orinaba
con certera puntería
cuanta cabeza cuadrada
pasara por la acera.
Pontificaban entonces
el esquemón de la revolución
contra el mezquino esquemita
de labrarte un porvenir
estudiando una buena profesión.
No creí ni en lo uno ni en lo otro.
Ya no orino cabezas cuadradas ahora
porque soy cuarentón y civilizado
pero sigo reacio
al esquemón y al esquemita.
Por eso
cuando me vienen con que
la verdad ya no existe
y ya no ha de existir
cuando me dicen
que ya nunca podremos crear lo cierto
ni creer en nada
yo tengo bien claro que es otro esquemierdas.
Y que está envenenado. |