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Has visto y has oído muchas veces
el rostro y el nombre del viejo problema.
Todos lo hemos visto,
sabríamos todos nombrarlo
si nos atreviéramos
(muchos supieron nombrarlo
y fingen ahora
no haber tirado antaño las piedras que tiraron:
tiraron la piedra y esconden ahora la mano,
su pecado no es ya no tirar piedras
sino negar sus dulces y feroces
piedras de juventud).
Las más de las veces
hemos querido no asumir
lo que estábamos viendo.
Pero lo visto, visto está
y hay que ser muy caradura
para atreverse a negarlo
(pero que los hay los hay).
Hasta ahora venimos errando la solución.
Yo he propuesto también soluciones que no eran.
Respeto
toda propuesta honesta de solución,
hasta incluso si no la comparto.
Lo que nunca haré
es tomar por solución
el negar la existencia del problema. |
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