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Voy tanteando entre nieblas,
a tropezones.
Piso mierda de perros,
me doy de frente contra
columnas del alumbrado
y árboles
del ornato público,
saludo bultos que creo
personas conocidas
pero no me responden casi nunca,
cruzo semáforos en rojo
que ni percibo, salvo a posteriori,
gracias a las puteadas
de conductores y peatones.
Las otras gentes no van
tanteando entre nieblas:
de la casa al trabajo,
del cargo de auxiliar al de subjefe,
del auto usado al cero
kilómetro, del wisky nacional
al importado, etc.:
todos caminos claros.
Yo camino al tanteo entre nieblas
porque miro más lejos
( y hasta creo que veo,
algunas veces). |
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