|
Al pan, pan,
al vino, vino,
a los versos, versos,
a los votos, votos
y al fusil, fusil.
Sólo soy un soldado de la Historia:
las ratas de las trincheras
me han enseñado a no mentir
y sobre todo a no mentirme.
Soy un soldado raso de la Historia:
nunca voy a llegar
a general ni a gobernante.
Tanto mejor:
nunca voy a tener la oportunidad
de traicionar a mi madre ni a mis hermanos
ni a mis novias ni a mis amigos
ni a mi bandera.
Ni tampoco al coraje infinito
de aquellos soldaditos de mi infancia,
que combatían siempre con honor
por causas honorables. |
|