Veinte poemas para leer mientras miramos la tele
Juan de Marsilio

I

El Gran Hermano sustituye 
al Padre Misericordioso, 
podríamos decir que con ventaja 
(si bien éste es más útil en tiempos de crisis 
aquel es mucho menos 
exigente y cargoso 
en los días ordinarios: 
sólo nos hipnotiza varias veces al día).

Hay paranoicos que 
nos recuerdan que un libro de Orwell 
y que etc., etc., etc..
Puros infundios la 
tele no nos espía: 
¿con qué necesidad 
si somos 
inocuos?
Y para qué nos miraría, pobre, 
si somos aburridísimos: 
siempre mirando, mirando y mirando la tele 
( las más veces sin verla).

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