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De poder evitarlo,
no mates
hormigas,
chicharras,
grillos
ni bichitos de luz.
No le tengas envidia a lo que vuela
ni a lo que canta.
No prefieras lechuza sobre paloma ni viceversa,
que cada una es quien es y sirve
para lo que debe
servir.
El mismo gozo por las golondrinas
que llegan que por las que parten.
Asco por ratas, serpientes y cucarachas
sin perdonar siquiera
a las que a ojos de los otros
pasen por cosa diferente.
No te perdones fácil,
pero no te condenes para siempre.
Luego de perdonarte,
nunca olvides.
No te olvides nunca
que hay una edad para cortar la rosa
y otra para mirarla en el rosal
y que nadie conoce lo bastante
como para decirte
cuál sea tu edad de hacer qué.
No aburras a mis nietos
con excesivas recomendaciones
(pero no les des una menos
de las indispensables). |
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