El
tiempo, la extensión, la eternidad |
Has buscado no se qué por sórdidas calles prostibularias. Era la luz. La luz, no la luz roja de los zaguanes de las casas que alquilan piel y caricias a los menesterosos. Buscabas la luz entre el barro (buscabas el barro, pero una parte tuya, sin saber, andaba buscando la luz). Y por gracia de Dios una parte tuya pudo hallar un vestigio de luz donde la luz jamás había estado – o por lo menos no que se supiese. |
Juan de Marsilio
El
tiempo, la extensión, la eternidad
o
El enorme yo - yo
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