El tiempo, la extensión, la eternidad
o
El enorme yo - yo 
X bis

Juan de Marsilio

Dios no juega al yo – yo ni a los dados ni mucho menos 
a mofarse de nosotros: 
todo esto tiene que tener un sentido 
que lo vuelva válido 
y hasta incluso hermoso, 
como esa muerte 
que el dulce viejo de la barba gris 
nos decía que no es como pensamos 
y seguramente 
mucho más feliz 
y afortunada.

Confiemos 
y porfiemos: 
que hasta incluso si Dios 
se gastara su tiempo 
– que no se lo gasta – 
en jugar al yo – yo o a los dados, 
nosotros 
no tenemos por qué seguirle el juego.

Juan de Marsilio

El tiempo, la extensión, la eternidad
            o
El enorme yo - yo

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