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No les guardo
ni rencor ni envidia
pero eso sí,
debo y quiero en honor a la verdad
decirles que quisiera
se metiesen
sus autos caros,
sus ropas de marca,
sus viajes en primera,
sus páginas de sociales,
su comer con dos cucharas
de lo mejor y más caro
y sus versos
de convencer al miserable
de que tiene
una oportunidad
de llegar a ser uno
de ustedes,
donde no pueda verlos más sol
– a ver si con ese tapón
se dejan de una puta buena vez
de andar cagando el mundo
con la más pestilente de las mierdas. |
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