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VII
Estoy
desde hace tiempo en falta con el amor
y también con la amada.
Bien merece el guerrero un reposo
para ocuparlo
en cumplir más gozosos deberes
que los que ha honrado hasta aquí.
Cierto que hubiera sido más bonito hacerlo
tras una victoria
plena y consolidada.
Pobre amada: le doy
un perro viejo que vuelve a su lado
para que le cure las heridas
que no puede lamerse por sí solo
- las de la espalda no sabe
si fueron causadas por propio o por ajeno
y por ahora prefiere
no ponerse a averiguar.
Pero ella entenderá,
perdonará y consolará:
ha estado desde un principio
en posesión de secretos
de índole superior.
Ha estado mucho más cerca
del sagrado objetivo de la lucha
de lo que el torpe soldado hubiese
siquiera sospechado
todos
estos
años. |
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