|
VI
De las heridas de mi corazón
reconstruyo la fuerza de mi corazón.
De las desgracias
que la ceguera me trajo
construyo
mayor lucidez.
De las esperanzas rotas
fabrico
nuevas esperanzas
más fuertes y más sabias.
Escribo sobre las flores y los gorriones.
Canto las claves del universo
dibujadas con mano maestra
en todas las nervaduras
de todas las hojas
de todos los árboles.
El enemigo se confía.
Los camaradas de armas
creen que deserté.
Los jefes traidores me acusan a toda voz
de traidor y cobarde.
Yo mientras tanto escribo sobre la mariposas,
ejercito mi brazo,
voy poniendo,
de a poco,
la hoja de mi espada
más filosa que nunca. |
|