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III
Ha de construirse el Reino.
En esos trabajos andamos. Día a día se pone
poco o mucho de esfuerzo en tal sentido.
Día a día,
también,
se retrocede.
Mucho discutimos
sobre cómo será.
Los enemigos del Reino se regodean
en nuestras rencillas,
en nuestras desconfianzas,
en nuestros odios de entrecasa.
Pero el Reino será: lo que tanto nos duele
es la infancia difícil del Reino.
Estamos arduamente
trazando los planos de lo que será.
Cierto que le ponemos a los papeles
quinientos borrones por cada
línea definitiva.
Llegaremos.
Sólo nos falta permitirle a Dios
dibujar las líneas
maestras del proyecto. |
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