|
II
Voy a escribir sobre las mariposas
pero no he de escribir
a lo mariposón.
Muchos años
de espada en mano y dormir con los ojos abiertos
ha tenido mi vida como para
poder convertirme de pronto
en un cantor de almibarados versos,
en un castrato de aquellos de sopranía
tan hiperaguda
como irreal.
No me vencieron el alma los enemigos
porque soy heredero de un largo linaje
de soldados caídos peleando por buena causa.
No me quitaron la fe ni la lucidez
los jefes que vendieron barata la victoria.
Voy a escribir sobre las mariposas
porque en el Reino que ha de construirse
volarán más libres
y serán más coloridas y brillantes.
Eso no es todavía. Falta un tiempo.
Alguien debe cantarlas mientras tanto. |
|