La lira y el vano viento
Juan de Marsilio

XII

Mata mucho el que mata una esperanza 
pero ninguna muerte es para siempre.
Hay a veces derrota y traición, 
hay a veces dolor 
de ver que se corría 
tras un espejismo, 
hay a veces 
magos que transforman 
gigantes en molinos sólo por 
el gusto de robarnos la victoria.
Pero persisten el gorrión y el trébol, 
los piecitos del niño y las estrellas, 
las infinitas hojas del bosque de los símbolos
y las ganas de oír y comprender 
en algunas orejas por lo menos.

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